lunes, 8 de enero de 2024

DE VIANA A LOGROÑO. AL ENCUENTRO DEL RÍO EBRO.

 


Y para despedirnos de Navarra un espectacular desayuno de campeones en el Hotel Pujadas, nuestro alojamiento en Viana. Pronto iniciamos la marcha al encuentro del río Ebro, la Rioja y su capital, la ciudad de Logroño. La Rioja fue, en tiempos, una bisagra entre el Reino de Navarra y el Reino de Castilla. Precisamente aquí nació el castellano, que con sus infinitas variantes, se ha convertido en una lengua universal.





De Navarra a La Rioja. Varios kilómetros de viñedos (algunos olivos), un minúsculo pinar, un puente sobre la N- 111 y una larga pista colorada (en Cádiz el rojo es colorao), llegamos a Logroño, ciudad amiga de los peregrinos (aunque el bullicio nos hace enloquecer). 





Un plácido descenso al valle del Ebro. Un tramo de apenas diez kilómetros con dos partes bien diferenciadas. Se abandona Viana y se entra de lleno en las huertas y los campos de cultivo, pasando por la ermita de la Virgen de la Cueva (como la de la canción infantil) y por las proximidades de la laguna de las Cañas. Luego un pinar de reducidas dimensiones y una pasarela que conduce a la otra orilla de la carretera. Entramos en La Rioja y una larga pista finlandesa (pero sin bosque) nos acerca a la ciudad. Antes de culminar la bajada se encuentra la Casa de Felisa, el Ebro, el Puente de Piedra y por fin la meta del día, Logroño.





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