jueves, 25 de mayo de 2023

CORFÚ, EL CERROJO DEL ADRIÁTICO

 


La República de Venecia aunando esfuerzos militares, experiencia diplomática y habilidades comerciales, consiguió convertir el Adriático en un mar veneciano. El mar Adriático, más largo que ancho, se extiende aproximadamente desde la desembocadura del Po en el Norte, al canal de Otranto, que lo conecta con el mar Jónico, en el Sur. En palabras de Fernand Braudel Dominar este angosto mar equivale a dominar el Adriático (El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II. Tomo I). La posición clave para dominar la angosta entrada el mar Adriático es Corfú. Enclave controlado por Venecia desde 1386.


En 1386 se apropió de Corfú. Aprovechándose hábilmente de las dificultades internas del Reino de Nápoles, al que la isla en principio pertenecía, sugirió a sus habitantes la necesidad de contar con una mayor protección frente a posibles agresores, y estos – que a su vez sabían que cualquier lista de tales agresores vendría encabezada por la propia Venecia – no tuvieron otra elección que aceptar.

Historia de Venecia.

John Julius Norwich


Entrar o salir del Adriático obliga forzosamente a pasar delante de Corfú. Esta isla situada estratégicamente era considerada el Corazón del estado veneciano. Su control era clave para controlar las rutas comerciales y señorearse de las aguas del Adriático, donde durante varias centurias las naves venecianas prácticamente no tuvieron rivales. Conocedores de la importancia de la isla, las autoridades de la Serenissima no escatimaron recursos para fortificarla. Los ingenieros venecianos se encargaron de proteger tan valiosa plaza, siendo nombrada como Kastrópolis. El arquitecto veronés Michele Sanmicheli diseñó un sistema de fortificación triple, en el que además la ciudad amurallada es complementada por un fuerte a cada lado. Aunque el control y gobiernos eran venecianos, Corfú y sus vecinas fueron un reducto de cultura bizantina a nivel étnico, lingüístico y religioso. Los venecianos colocaron un cerrojo al sur del Adriático, de manera que eran sus galeras las auténticas dueñas de sus aguas y las únicas que podían moverse libremente por el mar. Además sus galeras podían asaltar y detener a cualquier embarcación que navegase por su mar.


De hecho, con Corfú y con su flota, Venecia tenía en sus manos la entrada del Adriático; mejor dicho, el Adriático entero, pues al otro extremo del mar, hacia el norte, la propia ciudad detenta la posición clave, el punto de confluencia de los caminos marítimos y de los caminos continentales, que, a pesar de los Alpes, unían a la Europa Central con el Adriático y el Levante. La misión de Venecia consiste en establecer la ligazón.

Fernand Braudel.

El Mediterráneo y el mundo mediterráneo

en la época de Felipe II.


Los otomanos, conocedores de su importancia, intentaron su conquista en varias ocasiones durante los siglos XV, XVI y XVIII, pero nunca lo consiguieron, de manera que Corfú veneciana fue veneciana hasta prácticamente la extinción de la República en tiempos de Napoleón.


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