Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana . . . Luigi Cozzi, director y guionista italiano, perpetró una de las más delirantes películas ambientadas en el profundo espacio exterior, Star Crash, una de tantas cintas que a finales de la década de los '70 aprovechó el éxito de la Guerra de las Galaxia.
En Star Crash la bella protagonista, la diva de Hammer Films, Caroline Munro es una cazarecompensas, como Han Solo, pero aquí no hay una princesa, sino un príncipe encarnado por un joven David Hasselhoff, un arma de destrucción masiva (al estilo de la Estrella de la Muerte), un emperador interpretado por el inolvidable Christopher Plummer, un robot capaz de solucionar cualquier problema, incluso un sable láser empuñado por un sucedáneo de Jedi.
Pero también hay amazonas ligeras de ropa, luces epilépticas, una banda de violentos trogloditas, un gigantesco robot al estilo de las criaturas diseñadas por Ray Harryhausen y un villano que recuerda a Ming el Despiadado, el antagonista de Flash Gordon. Todo acompañado por una banda sonora compuesta por John Barry. En definitiva un surrealista homenaje al cine de fantasía y de ciencia ficción, que no deja indiferente a nadie. Aunque aquí lo realmente complicado es terminar de ver la película.
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