domingo, 1 de mayo de 2022

LAS CIGÜEÑAS DE ALFARO.



Sobre las cubiertas y las torres de la Colegiata de San Miguel de Alfaro se asienta una nutrida colonia de cigüeñas blancas (Ciconia ciconia). Esta próspera colonia se ha extendido a otros edificios aledaños. La Naturaleza, viva y dinámica, compartiendo estampa con el arte y la arquitectura humanas.


Las cigüeñas regalan a la vista un espectáculo único. Decenas de cigüeñas durante la época de cría con sus continuas idas y venidas aportando ramas a los nidos o alimento a los pollos, y con crotoreos y contorsiones de saludo.


Los nidos que construyen estas aves, con ramas o restos vegetales, barro, tejidos, papel, plástico e incluso excrementos, pueden llegar a pesar, los más antiguos, hasta 500 kilogramos.


De los apenas 8 nidos en 1985 hasta un centenar en la actualidad. Gracias entre otros motivos a la proximidad de las huertas y sotos del Ebro con su abundante alimentación y los más de 2.000 m2 de superficie adecuada para construir sus nidos sobre la Colegiata de San Miguel (repisas, pináculos, ventanas, tejados . . . ).


La cigüeña blanca es un ave migratoria (en invierno la podemos encontrar en África) que se ausenta de Alfaro tres meses al año. Son monógamas y fieles a sus parejas a lo largo de toda su vida. Unos 25 – 30 años aproximadamente.





En primavera ponen los huevos que serán incubados entre 30 y 35 días. Las crías son nidícolas, esto es, permanecen inmóviles en los nidos durante los dos primeros meses de vida. En su tercer mes, Junio, inician sus primeros vuelos sobre la Colegiata, y ya en el mes de Julio (el cuarto de vida) realizan las primeras incursiones en los cercanos Sotos del Ebro. Cuando ya están preparadas inician la emigración hacia lugares más cálidos.



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