lunes, 11 de enero de 2021

LA CRISIS DE LA MONARQUÍA BORBÓNICA. LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA Y LOS COMIENZOS DE LA REVOLUCIÓN LIBERAL. LA CONSTITUCIÓN DE 1812.

 


Las primera décadas del siglo XIX en España están marcadas por dos procesos. De un lado la invasión francesa, con la consecuente guerra de liberación, y de otro lado, el enfrentamiento entre Liberales y Absolutistas y los comienzos de la Revolución Liberal, materializada en la Constitución de Cádiz de 1812. En este tiempo España entra de lleno en la Edad Contemporánea.


1.- ESPAÑA Y LA REVOLUCIÓN FRANCESA.

En 1789 estalló en Francia una Revolución Liberal que tendría profundas consecuencias en la historia posterior de todo el continente. Las ideas revolucionarias que se plasmarán en la Constitución de 1812 se van fraguando durante estos años. A pesar de la oposición del monarca Carlos IV, las ideas de los revolucionarios franceses llegarán a España, y calarán hondo en gran parte de la intelectualidad del país.


1.1.- EL REINADO DE CARLOS IV Y EL ESTALLIDO DE LA REVOLUCIÓN EN FRANCIA.

El reinado de Carlos III, el rey ilustrado, finalizó sin conseguir el gran objetivo que se había planteado; la modernización del país. Carlos III fue sucedido por su hijo Carlos IV, un hombre escasamente preparado para las tareas de gobierno y muy influenciado por su esposa María Luisa de Parma. El estallido de la Revolución Francesa marcaría el reinado de Carlos IV, tanto en política interior como en asuntos exteriores.


Al inicio de su reinado, y siguiendo las indicaciones de su padre, Carlos IV decide conservar como primer ministro al Conde de Floridablanca. El triunfo de la revolución en Francia provocó en el gobierno español una reacción contraria a la misma. Curiosamente, el mismo Floridablanca, que destacó durante el reinado de Carlos III por sus ideas ilustradas, se convierta ahora en defensor del absolutismo y enemigo del liberalismo político.


Las medidas más destacadas que tomó Floridablanca para evitar que España se contagiase del clamor revolucionario francés fueron las siguientes:


♠ Prohibir a los periódicos que escriban nada sobre lo que está sucediendo en Francia.


♠ Emite instrucciones a los oficiales de las aduanas para que incauten todo tipon de material que tuviese contenido revolucionario: estampas, libros, folletos, periódicos, cartas . . .

♠ La pide al Tribunal de la Inquisición que también concentrara su tarea en perseguir estos materiales revolucionarios.


En definitiva el establecimiento de un cordón sanitario que impidiese que llegase a España ni las ideas revolucionarias, ni las noticas de lo que estaba ocurriendo en Francia.

1.2.- GUERRA CONTRA FRANCIA (1793 – 1794).

A finales de 1792 el favorito de la reina, Manuel Godoy se convierte en el hombre fuerte del gobierno de Carlos IV. Cuando en 1793 se produce la ejecución del rey francés Luis XVI (un Borbón como Carlos IV) España (al igual que otras potencias europeas) decide declarar la guerra a Francia. El ejército español no estaba bien preparado y la guerra se saldó con la fulminante derrota de las tropas españolas a manos del ejército revolucionario francés, que consigue ocupar parte de Cataluña y del País Vasco. Ante esta circunstancia, claramente desfavorable, España se ve obligada a firmar la Paz de Basilea en 1795. España cede a Francia su parte de la isla de Santo Domingo (República Dominicana) y a cambio los franceses devuelven sus conquistar peninsulares.

La firma de este tratado de paz provoca a España la enemistad con la potencia más importante que luchaba contra Francia, a saber, Inglaterra. Esto va a provocar a su vez un giro espectacular en la política exterior española (que sigue dando bandazos, sin una estrategia clara).


1.3. - ALIANZA CON NAPOLEÓN. (1796 – 1808)

A partir de 1796 las relaciones diplomáticas se invirtieron totalmente, convirtiéndose España en aliada de la Francia napoleónica. En un principio el gobierno español intentó permanecer ajeno a lo que ocurría en Francia, pero las circunstancias del momento provocaron que los acontecimientos revolucionarios influyeran decisivamente en España durante el paso del siglo XVIII al XIX.


Tratado de San Ildefonso.

La amistad entre España y Francia se materializará en la firma del Tratado de San Ildefonso en 1796. El objetivo del tratado era crear una alianza defensiva frente a Inglaterra. El motivo que impulsó a España fue la defensa de sus intereses económicos, comerciales y territoriales en América, puesto que Gran Bretaña presentaba una amenaza constante para la colonias ultramarinas españolas. Esta guerra contra Inglaterra fue muy negativa para España desde los primeros momentos. En ese sentido los dos primeros choques fueron nefastos: derrota naval en el Cabo de San Vicente (1797) y la pérdida de la isla deTrinidad.


En virtud de este tratado España también entrará en guerra frente a Portugal. Los comienzos del siglo XIX coinciden con la presencia de Napoleón Bonaparte al frente de Francia. En estos momentos España se convierte en un simple peón de la política expansionista de Napoleón en Europa y sobre todo de su estrategia de bloqueo continental contra Inglaterra. Este bloqueo es roto por Portugal, desde hace siglos el mejor aliado de Inglaterra en el continente. Napoleón le propone a Godoy declarar la guerra a Portugal (Guerra de las Naranjas). Una guerra corta cuya victoria cayó del lado español.


Batalla de Trafalgar.

En el año 1804 Francia y España le vuelven a declarar la guerra a Gran Bretaña. La flota española dependía de la estrategia naval de Napoleón en su pugna con Inglaterra por el control de los mares. Napoleón necesita el dominio del mar para iniciar la invasión de Gran Bretaña. Esta alianza naval francoespañola culmina como desastre en la Batalla de Trafalgar, el 20 de Octubre de 1805. La armada inglesa, con el almirante Horatio Nelson al frente barre a la flota francoespañola. Trafalgar se ha convertido en un símbolo, y es que hasta entonces España había conseguido mantener una buena flota de guerra. La derrota en Trafalgar significaba el final de todo el prestigio del Imperio Español. España queda prácticamente sin flota de guerra.


Problemas en la hacienda.

La economía española sufría una profunda crisis, debido a la inglación y al déficit en la Hacienda Estatal, agravada por el rápido incremento de los gastos militares en las sucesivas guerras (Francia, Inglaterra, Portugal), la insuficiencia de los ingresos debido a que los estamentos privilegiados no pagaban impuestos y a que cada vez llegaban con más dificultad los metales preciosos desde América. Para hacer frente a esta crisis Manuel Godoy decidió recurrir al crédito, a la emisión de deuda pública (vales reales) y las layes de desamortización de 1798 que afectaban a ciertos bienes eclesiásticos. Esta reformas contaron con la oposición de ciertos sectores del clero, a los que se unían algunos círculos de la corte que lo consideraban un advenedizo que había llegado al gobierno gracias a los favores de la reina.


Un grupo de aristócratas, junto con algunos altos mandos del ejército y el sector más conservador del clero se unieron con el Príncipe de Asturias (Fernando) y en 1807 llevaron a cabo la Conjura de El Escorial, que pretendía destituir a Godoy y destronar al rey Carlos IV. La conjura terminó en fracaso, y el príncipe Fernando fue arrestado, confesando el nombre de sus cómplices.


Tratado de Fontainebleau.

En 1807, Francia y España, renovaron su alianza firmando el Tratado de Fontainebleau, por el que se repartirían el reino de Portugal. Un ejército francés entraría en España (donde tendría diversos acuartelamientos) y junto al español invadirían Portugal. El ejército franco-español invadió Portugal y la familia real portuguesa se vio obligada a huir.



Motín de Aranjuez.

En marzo de 1808 Napoleón estaba preparando en secreto el destronamiento de los Borbones españoles, al tiempo que negociaba a dos bandas con Godoy por un lado y con Fernando por otro, convencido de que podía intervenir en España sin problemas. De esta forma las tropas francesas continuan penetrando en España camino de Portugal, ocupando sin mayor resistencia las fortalezas de San Sebastián, Barcelona, Figueras y Pamplona. Las tropas que se acercan a Madrid aumentan en número y Godoy, intuyendo las intenciones de Napoleón, decidió trasladar la Corte a Aranjuez (para luego ir hasta Andalucia y embarcar hacia América). La mayor parte de los ministros se oponían totalmente a Godoy y sus proyectos. La corte era un hervidero de rumores e intrigas que terminan estallando en el Motín de Aranjuez.


La noche del 17 al 18 de marzo la multitud asalta la casa de Godoy y la destruyen, aunque el ministro consigue esconderse. A consecuencia de este motín, el 19 de marzo, Carlos IV abdica en favor de su hijo, el futuro Fernando VII. Detrás de estos movimientos se encontraba Fernando y su camarilla , apoyado por el pueblo llano, que consiguen poner fin al reinado de Carlos IV.



Abdicaciones de Bayona.

Fernando VII, a pesar de sus esfuerzos personales, no consiguió ganarse la alianza de Napoleón, que además se negó a reconocerlo. Al mismo tiempo, el rey depuesto Carlos IV también solicita ayuda al emperador francés para recuperar su trono. Napoleón aprovechó la situación y convocó a la familia real a Bayona para mediar entre ellos y solucionar sus problemas. La verdadera intención de Napoleón era obligarles a abdicar en él. En mayo de 1808 se produjeron las Abdicaciones de Bayona: Fernando VII renunciaba a la corona a favor de su padre y éste cedía al emperador los derechos a la misma, que finalmente recayeron en su hermano José, que se convirtió, en ese momento, en José I.



Estatuto de Bayona.

Para dar mayor legitimidad y un carácter reformador a la nueva situación política, Napoleón, junto a un grupo de representantes españoles promulgaron el Estatuto de Bayona. Un texto parcialmente reformador que incluía el reconocimiento de ciertas libertades individuales, aunque seguía manteniendo casi todos los privilegios estamentales, y en la práctica el rey mantenía la totalidad de los poderes políticos.


1.4. - LA GUERRA DE INDEPENDENCIA (1808 - 1814).

En el año 1835 el Conde de Toreno escribió un libro titulado Historia del levantamiento, guerra y revolución en España. Se trata de un título muy afortunado pues estas tres palabras resumen perfectamente todo lo que acontece en España entre 1808 y 1814. Es además la primera historia que se escribe sobre la Guerra de la Independencia.


♠ Levantamiento. La guerra comienza con un levantamiento popular , el 2 de mayo se disuelve el estado español y la reacción popular planta cara al francés


♠ Guerra. Tras el levantamiento estalla la guerra, que se resuelve a favor de España con la intervención inglesa y la decisión de Napoleón de invadir Rusia.


♠ Revolución. Con la guerra de independencia de fondo, los liberales españoles aprovechan para iniciar el proceso revolucionario. En estos momentos podemos decir que España entra en la Edad Contemporanéa.


La Guerra de Independecia hay que situarla en su contexto, es una más de las guerras de liberación que provoca la invasión napoleónica en muchos países de Europa. En ese sentido podemos señalar el doble sentido de la contienda:


♠ De un lado es una guerra de liberación nacional frente a la invasión francesa. Es una guerra popular en la que el pueblo cobra especial protagonismo, otorga el aliento inicial a la movilización de la gente y anunciará formas de guerra que luego se harán muy importantes, la guerra de guerrillas.


♠ De otro lado es un enfrentamiento entre absolutistas y liberales. En este último grupo se va a destacar una facción favorable al gobierno de José I, conocidos como afrancesados.







Sublevación popular, el 2 de Mayo.

El levantamiento comenzó en Madrid, cuando el pueblo madrileño se opuso a que los últimos miembros de la familia real que permanecían en la capital fueran enviados a Bayona. Las tropas francesas sacaban del palacio al infante Francisco de Paula, hijo menor de Carlos IV para trasladarlo a Bayona, los madrileños acudieron en masa y se enfrentaron a las tropas francesas. A la sublevación se unieron algunos oficiales de baja graduación, como los capitanes Pedro Velarde y Luis Daoiz, y el teniente Jacinto Ruiz de Mendoz. La revuelta fue aplastada (Carga de los Mamelucos) y posteriormente se produjeron represalias (Fusilamientos del 3 de Mayo).



Las Juntas locales y provinciales.

La sublevación se extendió rápidamente por todo el territorio nacional, y aprovechando el vacío de poder en algunas zonas no ocupadas por los franceses, surgen Juntas Locales y Provinciales, como representantes de la voluntad popular, asumiendo tareas de gobierno. También se van a crear milicias, grupos civiles armados que colaboraron militarmente en la resistencia antifrancesa. Las unidades del ejército regular que estaban acantonadas en zonas donde no existía presencia del ejército francés, acataron las órdenes de las juntas.


Causas de la Guerra: Debilidad del reinado de Carlos IV, Tratado de Fontainebleau, Motín de Aranjuez, Abdicaciones de Bayona y levantamiento del 2 de Mayo.



1.4.1 EL DESARROLLO DE LA GUERRA (1808 – 1814).

La Guerra de Independencia se prolongó durante seis años y la podemos dividir en cuatro fases.


Campaña de verano de 1808.

Una vez que está abierta la guerra los franceses plantean una estrategia encaminada a conseguir dos grandes objetivos: mantener una línea abierta entre Madrid y la frontera francesa, y llegar cuanto antes a Cádiz, con la idea de liberar parte de la flota francesa que se encontraba en la bahía, bloqueada por la marina británica y hostigada por los cañones costeros españoles.


Sin embargo la inesperada resistencia española sorprendió a Napoleón. Los ejércitos franceses se mostraron incapaces de controlar todas las plazas fuertes, fracasando en el asedio de algunas de ellas, como fue el caso de Gerona y Zaragoza. Las milicias catalanas derrotan a los franceses en el Bruch y el ejército regular español derrotó al ejército francés que avanzaba hacia el sur en la batalla de Bailén, primera derrota en campo abierto de los ejércitos napoleónicos. Posteriormente el ejército español marcha sobre Madrid, obligando a José I a huir y buscar refugio en Vitoria.


Campaña de Napoleón (1808 – 1809)

Visto el cariz que estaban tomando los acontecimientos, Napoleón decide intervenir personalmente en España. Comienza ahora esta segunda fase. El Emperador asume la dirección de la guerra en España, al frente de sus veteranos, la élite de su ejército, la Gran Armee, 200.000 hombres dirigidos por sus mejores, y más experimentados, generales.


Frente a este ejército napoleónico, bien equipado y preparado, la Junta Central únicamente puede oponer unas tropas mal equipadas y sin un mando único que pudiera coordinarlo y dirigirlo de forma eficiente. Esta diferencia entre ambos ejércitos explica la facilidad con la que Napoleón consiguió controlar la situación, al tiempo que reinstauraba a su hermano José en el trono.


Guerra de desgaste (1809 – 1811).

Las tropas francesas habían vuelto a ocupar el país, pero la resistencia que se plantea de modo organizado en algunos territorios españoles hará muy complicada esta ocupación.


En Galicia, por ejemplo, se forman distintas partidas de guerrilleros y movimientos insurreccionales instigados por hidalgos locales y por los curas de los pueblos. Tan complicada se vuelve la ocupación que en verano de 1809 los franceses se retiran de este territorio, pasando Galicia a ser la primera región de España liberada de la ocupación francesa.


En Cataluña también se produce una enconada resistencia, especialmente a la hora de conseguir las provisiones necesarias para mantener al ejército francés. En ese sentido los guerrilleros hostigaban a los convoyes franceses. Sin embargo la ciudad de Girona, después de 200 días de resistencia frente a los franceses, se tiene que rendir por hambre.


En Andalucía, por el contrario, la ocupación se hace sin apenas encontrar resistencia entre enero y abril de 1810. Sin embargo la prolongada permanencia de José I en Sevilla permite que el ejército de Extremadura pudiera retirarse hacia Cádiz, fortaleciendo así la resistencia de la ciudad frente a los franceses. La ciudad de Cádiz no pudo ser tomada por los franceses, y esto se debe a tres motivos:


    • Apoyo por mar que prestan a Cádiz las flotas inglesa y española.

    • El sistema defensivo construido durante la Edad Moderna tras el ataque inglés del siglo XVI. Toda una serie de baluartes defienden toda la costa de ciudad.

    • La propia situación geográfica. Cádiz es prácticamente un isla, casi completamente rodeada por mar, siendo difícil su ocupación por tierra. La única entrada a la ciudad estaba en el puente Zuazo, fácilmente defendido por los españoles.



La ofensiva hispano-inglesa (1812 – 1814).

En el año 1812 Napoleón cambia su estrategia militar y decide invadir Rusia para romper el apoyo que este país estaba prestando a Inglaterra (el más complicado rival para Francia). Para España este hecho tiene una doble importancia:


    • España deja de ser un objetivo prioritario en la estrategia francesa

    • Se retiran tropas de España para unirse a la campaña rusa

Estas circunstancias y el apoyo del ejército inglés desde Portugal provoca la primera derrota francesa en esta segunda fase de la guerra, batalla de Arapiles (Salamanca) en julio de 1812. Esta derrota obliga a los franceses a un nuevo repliegue que termina con una nueva derrota en la batalla de Vitoria en junio de 1813. Poco después, las tropas aliadas penetraron en Francia. Napoleón se apresuró a firmar el Tratado de Valençay con Fernando VII, que seguía retenido en Francia, reconociéndolo como rey de España nuevamente a cambio de que Fernando VII detuviese a las tropas aliadas en los Pirineos. De esta manera a principios de 1814 se podía considerar que la retirada francesa del suelo español era un hecho, y con ella la guerra de la Independencia llegaba a su fin.



2.- LAS CORTES DE CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812.

Al mismo tiempo que se desarrollaba la guerra, surgió en España un nuevo régimen político, promovido por todos aquellos que no apoyaban ni a José I, ni a las viejas instituciones del Antiguo Régimen. Estamos hablando de los inicios de la revolución liberal en España. En ese contexto en el año 1810 se convocaron Cortes Constituyentes en la ciudad de Cádiz con el objetivo de desmantelar el Antiguo Régimen e implantar un Sistema Liberal.





2.1. LA JUNTA CENTRAL SUPREMA.

La ausencia de la familia real (secuestrada en Bayona) dejó un vacío de poder en España, que fue recogido por el pueblo español en un acto completamente revolucionario, pasando del poder monárquico al poder popular. Esta revolución significó la ruptura con el absolutismo monárquico, ya que se establecieron nuevas instituciones que, aunque actuaban en nombre del rey, su legitimidad procedía del pueblo. En las zonas sublevadas se crearon Juntas Provinciales que asumían el poder político, formadas por intelectuales ilustrados, militares, burgueses, clérigos . . . .


La necesidad de una mayor coordinación política y militar propició la creación de un mando único, la Junta Suprema Central con sede en Aranjuez (Septiembre de 1808). Estaba formada por 35 miembros, la mayoría de ellos nobles con ideas reformistas. Su presidente era el conde de Floridablanca y su figura más destacada Jovellanos. Con el avance francés la Junta Suprema Central tuvo que cambiar de sede, en primer lugar en Sevilla, y más tarde en Cádiz.


La Junta Suprema Central tuvo un triple cometido:


El gobierno del país en ausencia del rey legítimo.


♠ Organizar la guerra contra Francia. Se firmó una alianza con Inglaterra.


♠ Función legislativa. Convocatoria de Cortes Generales extraordinarias que pusieran en marcha las reformas necesarias y redactaran una Constitución.


2.2. LA CONVOCATORIA DE CORTES.

En plena guerra de Independencia, con el país casi totalmente ocupado por las tropas napoleónicas, la Junta Suprema convocó Cortes Generales el 22 de mayor de 1809 que debían reunirse en la ciudad de Cádiz. A partir de enero de 1810 la Junta Suprema Central fue sustituida por un Consejo de Regencia formado por cinco miembros y presidido por el general Castaños. Esa convocatoria suponía un acto revolucionario, por cuanto la potestad de convocar Cortes era exclusiva del monarca. Además se hizo por sufragio universal de varones mayores de 25 años, y no por estamentos como durante el Antiguo Régimen.


La labor de las Cortes de Cádiz se vio favorecida por la ausencia del rey y su convocatoria es la materialización de la primera revolución burguesa en España. Su obra legislativa no deja de ser un tanto paradójica. Mientras gran parte del pueblo español se enfrente a las tropas y a las ideas francesas, un grupo de ilustrados pretende implantar una serie de reformas basadas en las ideas francesas. Se adminar las ideas del vecino, pero lógicamente se rechaza su dominio.

La primera sesión se celebró en Cádiz en septiembre de 1810 y estuvo en funcionamiento hasta el mes de septiembre de 1813. A diferencia de las Cortes Medievales que se organizaban en Tres Brazos (o Estamentos) las Cortes de Cádiz reunían a los representantes llegados de los distintos puntos de España en una única asamblea. Las provincias que estaban ocupadas por las tropas franceas y no podían enviar sus diputados, estuvieron representadas por los ciudadanos de esas tierras que se encontraban en la ciudad de Cádiz.


Composición de las Cortes.

Las Cortes estaba formadas por unos 300 diputados. La mayoría (90) pertenecían al clero, contando entre ellos tres obispos. Llama la atención la escasa presencia de la nobleza, que apenas reunió a 8 miembros. Encontramos también abogados (56), funcionarios públicos (55), militares (37) y catedráticos (16). La burguesía industrial y comercial contó con pocos representantes (20). No había representanates de campesinos, ni obreros, ni artesanos.


La mayoría de los miembros de las Cortes pertenecían la Tercer Estado, el estamento no privilegiado de la Sociedad Estamental característica del Antiguo Régimen. Por otra parte, teniendo en cuenta las profesiones y ocupaciones, podemos hablar del dominio de una burguesía intelectual. Existía un predominio de las clases medias, con tendencia a las ideas reformistas y revolucionarias, junto a un grupo de militares y altos funcionarios que estaban influenciados por las ideas de la Ilustración, convencidos de la necesidad de profundas reformas que sacaran a España de su atraso económico, inmovilidad social y prostración cultural. Además, dado el estado de guerra, muchos diputados no pudieron llegar a Cádiz y fueron sustituidos por vecinos de la ciudad que se movían en un ambiente muy liberal.


Desde los primeros momentos aparecen entre los diputados tres grandes tendencias o grupos ideológicos:


Liberales. Partidarios de llevar a cabo reformas profundas, de la soberanía nacional, de una cámara única y en definitiva, implantar un sistema similar al francés. Influidos por las ideas de la Revolución Francesa, pertenecían fundamentalmente a la intelectualidad y a la burguesía media, consideraban imprescindible una Constitución escrita que recoja las bases del nuevo sistema. A pesar de no ser mayoría, consiguieron imponer sus criterios. Destacó, entre otros, Agustín de Argüelles. Desde la primera sesión, Muñoz Torrero propuso hacer una declaración que dejara sentado el principio de que en las Cortes, legítimamente constituidas, residía la soberanía nacional.


♠ Ilustrados o Jovellanistas. Eran los seguidores de Jovellanos, como modelo de sistema politico, tomaron a Gran Bretaña y defendían establecer un compromiso entre el rey y la nación. Consideraban, además, la necesidad de un poder judicial independiente, y la intervención de las Cortes (que segurían constituidas por los tres estamentos tradicionales) tanto en el gobierno como en la labor legislativa.


♠ Serviles o Absolutistas. Eran inmovilistas y enemigos de las reformas, defenían que la soberanía emanaba de Dios (monarquía absoluta). Su objetivo era, por tanto, el mantenimiento del Antiguo Régimen.


2.3. LA OBRA LEGISLATIVA DE LAS CORTES DE CÁDIZ.

Las Cortes de Cádiz se marcaron dos objetivos principales y complementarios: reformar profunda y estructuralmente las instituciones políticas, económicas y sociales para acabar con el Antiguo Régimen y redactar una Constitución que sirviera de base legal al nuevo estado liberal.


Leyes y Decretos.

El primero de estos objetivos quedó plasmado en una serie de Leyes y Decretos, de entre los que podemos destacat, por su mayor trascendencia los siguientes:


♠ Abolición del régimen señorial. Los señoríos jurisdiccionales se eliminaron, por tanto, los señores dejarían de administrar justicia y de percibir rentas por ejercer esa función. Los señoríos territoriales se mantuvieron y sus titulares se convirtieron en propietarios de tierras. En ese sentido la propiedad agraria apenas sufrió cambios, pues siguió en las mismas manos.


♠ Ley de desamortización. Se aplicó en 1813 a las propiedades de los afrancesados, a las de las órdenes militares disueltas, a las de los conventos y monasterios destruidos por la guerra y a la mitad de los bienes públicos. Todos estos bienes se venderían en subasta pública.


♠ Abolición del sistema gremial, lo que suponía la libertad económica, comercial, de trabajo y de fabricación. También se establece la libertad de los propietarios para cercar, vender o arrendar sus fincas sin limitaciones. Todas estas medidas abren el camino hacia el liberalismo económico.


♠ Supresión de la Inquisición (1813).


Las Cortes de Cádiz además proclamaron a Fernando VII con rey legítimo y constitucional.


La Constitución de 1812.

El segundo de los objetivos de las Cortes de Cádiz quedó cumplido el 19 de marzo de 1812 con la promulgación de las primera Constitución de la Historia de España. La Constitución de Cádiz (conocida cariñosamente como la Pepa) recogía los principios del liberalismo político, constaba de 384, pero no llegó a ponerse en marcha debido a la ocupación francesa.


Sus principios fundamentales eran los siguientes:


♠ Soberanía Nacional. El poder residía en la nación y no en el monarca, es uno de los principios básicos del liberalismo político. Este precepto se opone a la soberanía monárquica absolutista legitimada por el origen divino del poder. La soberanía reside en la Nación que es la que tiene la legitimidad para establecer sus leyes fundamentales, es decir, su Constitución. Responde a la idea de Contrato Social defendida por Rousseau.


♠ División de Poderes. Otro de los principios básicos del liberalismo político enunciado por Montesquieu. La constitución establece que el poder legislativo reside en las cortes unicamerales, el poder judicial quedaba depositado en los tribunales, por lo que el rey y los señores feudales pierden la potestad de impartir justicia como sucedía durante el Antiguo Régimen, y el poder ejecutivo quedaba, con ciertas limitaciones, en manos del rey, que ya no podía disolver las Cortes, y sus órdenes quedarían invalidadas en caso de no llevar la firma del ministro correspondiente. El rey conservaba atribuciones importantes como la de proponer leyes a las Cortes, mandar las Fuerzas Armadas, dirigir las relaciones internacionales (con el consentimiento de las Cortes) y nombrar a los ministros.


♠ Nuevo derecho de representación. Los diputados son representantes de todos los españoles y no de los estamentos. Elegidos por sufragio universal indirecto, en el que tenían derecho a voto los hombres mayores de 25 años, que elegían a unos representantes, que a su vez eran los encargados de elegir a los diputados. Las provincias amercianas también votaban a sus representantes.


Los alcaldes y concejales serían elegidos democráticamente por los vecinos.


Reconocimiento de derechos individuales, como la libertad, la propiedad, la inviolabilidad del domicilio, las garantías penales y la libertad de imprenta, entre otros. Sin embargo, no hubo una Declaración de Derechos del Ciudadano como en la Revolución Francesa.


♠ La declaración de igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. Esto supone el fin de las diferencias estamentales con sus privilegios fiscales, militares y jurídicos. Se omite toda alusión a los fueros por lo que no se derogan los regímenes forales vasco-navarros.


♠ Proclamación del catolicismo como la religión única y oficial del Estado y prohibición de cualquier otra (concesión hecha al clero y a los absolutistas por la necesidad de mantener la unidad en una España en Guerra y por la presencia numerosa de clérigos entre los diputados).


♠ Reorganización de las Fuerzas Armadas con la creación de un ejército permanente que sirva, represente y defienda a la nación de los enemigos exteriores.


♠ Creación de la Milicia Nacional, un cuerpo armado de carácter civil (ciudadanos armados), independiente del Ejército, encargado de defender la nación y la Constitución, es decir el régimen liberal ante los posibles enemigos internos.


La Constitución de Cádiz bebía de diferentes fuentes ideológicas:

    • Filósofos ilustrados franceses el siglo XVIII, como Montesquieu (separación de poderes) y Rousseau (Soberanía Nacional y Contrato Social).

    • El sistema parlamentario inglés y las nuevas instituciones surgidas en las Trece Colonias tras su independencia.

    • El pensamiento económico de Adam Smith (Liberalismo).


Los apoyos sociales.

Las ideas liberales fueron defendidas por un sector minoritario de la sociedad española, vinculados al ámbito urbano, integrado por personas instruidas como altos funcionarios, abogados, profesores . . . pertenecientes fundamentalmente a la burguesía. Frente a éstos se encontraba el sentimiento absolutista del pueblo, dirigido por el clero provinciano. La inmensa mayoría del pueblo español, que había luchado en la guerra y que posteriormente aclamó el regreso de Fernando VII, no tenía conocimiento del proceso desarrollado en Cádiz.


3. FRACASO DEL PROCESO LIBERAL EN ESPAÑA.

En diciembre de 1813 el Tratado de Valençay ratificaba la vuelta de Fernando VII al trono de España. Todo el pueblo español esperaba ansioso la vuelta del rey: los absolutistas para que recuperase toda la soberanía y los liberales para que jurase la Constitución de 1812.


Fernando VII (conocido como el Deseado) pasó por algunas ciudades antes de llegar a Madrid, y se negó a firmar la Constitución que una delegación le presentó. En Valencia lo esperaba el general Elio, defensor del restablecimiento del absolutismo y un grupo de diputados absolutistas que le presentaron el “Manifiesto de los persas”, en el que le rogaban que rechazase las reformas aprobadas por las Cortes de Cádiz. Firmó este manifiesto y poco después firmó un decreto (mayo de 1814),que anulaba todas las reformas aprobadas por las Cortes, incluida la Constitución e inició una gran represión contra los liberales. Además las Cortes fueron disueltas y algunos diputados arrestados o exiliados. De esta forma acabó la primera experiencia liberal en España y se restauraba el absolutismo.


En 1820 triunfó un pronunciamiento militar, de tantos que se produjeron esos años con el apoyo de la masonería, de la burguesía y algunos militares: el Pronunciamiento de Riego. El rey Fernando VII tuvo que aceptar jurar la Constitución de 1812, inaugurando así un período de gobierno liberal, que sólo duró tres años (Trienio Liberal). La Constitucion de Cádiz entró nuevamente en vigor en 1836, aunque durante un corto periodo de la regencia de Mª Cristina (viuda de Fernando VII y madre de la futura Isabel II).


4. CONCLUSIÓN.

La obra legislativa de las Cortes de Cádiz, especialmente la Constitución, marca el punto de partida de la revolución liberal en España. Apenas tuvo continuidad en el tiempo, y tras la restauración de Fernando VII en el trono, la mayor parte de esta obra legislativa quedó suprimida, incluida la Constitución. No obstante las ideas liberales habían calado en buena parte de la población y la intelectualidad españolas. En ese sentido, la importancia histórica de la Constitución de Cádiz es extraordinaria y sirvió de referente para los liberales españoles a lo largo de la primera mitad del siglo XIX. En las Cortes de Cádiz están las raíces de la España contemporánea. En ellas se creó un nuevo régimen político, a través de la redacción de la Constitución de 1812, que puso fin, momentáneamente, a la monarquía absoluta y al Antiguo Régimen.


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