Preguntarle a un cervecero si prefiere una Franziskaner o una Paulaner es como pedirle que elija entre Papá y Mamá. Y es que ambas cervezas satisfacen las expectativas de los auténticos amantes de la cerveza (absténganse de leer esto los que únicamente beben Cruzcampo): color, cuerpo, aroma, espuma, y sobre todo, sabor. En Alemania, país cervecero por excelencia, igual que otros países del entorno como Bélgica o República Checa cuidan y miman su cerveza (algo que en España se está comenzando a conseguir ahora) , y eso es algo que agradecemos los consumidores. Por otro lado, Franziskaner y Paulaner son dos de las marcas más vendidas, y por tanto más fáciles de conseguir.
La tradición cervecera alemana alcanza la excelencia en una de sus regiones más alegres y pintorescas del país, nos referimos, como no, a Baviera. Y si hablamos de Baviera, enseguida nos viene a la cabeza Munich, una ciudad en cuyo blasón aparece un monje de aquellos que elaboraban cerveza en la soledad de su monasterio, ahí es nada. Desde su origen la ciudad muniquesa se ha vinculado a esta bebida de bárbaros, que acabó conquistando el paladar y el corazón del mundo civilizado. En Munich, la sede de legendario Bayern de Beckenbauer, Matthaus o Thomas Muller (sin olvidar al otro Muller, al Torpedo), convergen estas dos cervezas de fama mundial y de parecido nombre. Una recuerda a Francisco de Asís y la otra a Franciso de Paula, dos italianos universales.
Franziskaner, caracterizada por su tradicional elaboración de cerveza de trigo, recibe su nombre por un convento de la Orden Franciscana. En 1363 se convirtió en la primera fábrica de cerveza civil en Munich, pero sería en el siglo XIX cuando se fundó la marca que actualmente sigue haciendo las delicias de cervecertos de toda la Vieja Europa. En el año 1872 Franziskaner debuta con éxito en la Oktoberfest.
Paulaner fue fundada en 1634 cuando los frailes de la Orden de los Mínimos, fundada por el calabrés Francisco de Paula, comienzan a elaborar cerveza con fines comerciales. Paulaner, también elaborada con trigo, es una de las cervezas más vendidas de toda Alemania y por supuesto, es posible emborracharse con ella con el Oktoberfest.
Ahora llega la gran pregunta ¿eres más de Francisco de Asís o de Francisco de Paula?. Un hedonista como yo tiene la capacidad (innata o aprendida, tanto da) de disfrutar las dos por igual.
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