viernes, 17 de julio de 2020

PERATALLADA.




Petallada es eso, una enorme piedra tallada con buen gusto, uno de los núcleos medievales más destacados, y mejor conservados, de toda Cataluña. Sus calles y edificios regalan al visitante una inmersión en un villa medieval.






El núcleo fortificado se encuentra encima de un enorme basamento de roca arenisca que se explotó como cantera desde muy antiguo. El topónimo de la villa deriva de Petra Scissa o Petra Tallada (siglo X). El esplendor de Peratallada se produce en la Edad Media. Por aquí pasaba el antiguo camino de Emporión, y más tarde, siglos XI – XV, se convirtió en paso obligado entre la Bisbal d'Empordá y Girona, y el poderoso Condado de Empúries.










El edificio del Castillo-Palacio es el resultado de un largo proceso constructivo que se prolongó durante varios siglos. La primera referencia es del año 1065, aunque se piensa que anteriormente existía una fortificación romana o árabe. En ese sentido contiene elementos romanos, visigodos y góticos. Hacia el siglo XIII se construye el palacio gótico que se convierte en el epicentro político de la poderosa baronía de los Crüilles, una de las familias más importantes de la Cataluña medieval. El castillo se convirtió en el centro de uno de los grandes dominios del país cuando en 1250 se unieron las familias de Pertalladas y de los Crüilles, con el matrimonio de su heredera Guillerma de Pertallada y el barón Gilabert de Crüilles.


La Torre del Homenaje es la auténtica señora de la villa.





Plaça de l'Oli. El cultivo del olivo, junto con el de la vid, fue muy importante para los campesinos de Peratallada. Típicos productos mediterráneos mimados por el Sol. En esta plaza se localizaban algunos trullos comunitarios para elaborar aceite, no solo para el uso local, sino también para el comercio, una lucrativa actividad.



La Iglesia de Sant Esteve de Pertallada es un notable ejemplo de arquitectura románica en cuyo interior se conserva el sepulcro gótico del barón Gilabert de Crüilles.  













Calles empedradas y sombrías, muros que arrancan de la misma roca madre, de ahí el nombre de la villa: Peratallada, es decir, la Piedra Tallada.




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