sábado, 4 de julio de 2020

MICERINO.




Micerino, Menkaure o Ra es firme de Kas, es el hijo y tercer sucesor de Keops. Se hizo construir la Tercera Pirámide de Gizeh, muy cerca de la de su padre. Este monumento es mucho más pequeño que las de Keops o Kefren, debido tanto a la falta de recursos durante su reinado como a la creciente importancia que iban logrando sacerdotes y funcionarios.

Durante el reinado de Micerino, se produjo una grave crisis político-religiosa, que tuvo como resultado el que los sacerdotes de Heliópolis impusieran a los soberanos su propio dictado, separando el culto divino del culto real. Los historiadores en la Antigüedad lo consideraban un gobernante bueno y benévolo. Eso quizás se debió a que la información que disponían de él procedía de los sacerdotes de Heliópolis, clero al que concedió mucho poder (al contrario de lo que hicieron su padre y su abuelo).

Los escultores nos han legado varios retratos del rey, fundamentalmente estatuas, conservados en el museo de Boston, donde aparece en compañía de su esposa a la que abraza tiernamente. También está representado en el centro de las tríadas, rodeado de dos mujeres; una de ellas es una diosa y la otra simboliza un nomo. Los cuerpos son hermosos, robustos, con una fuerza tranquila y una majestad natural. Las mujeres llevan túnicas muy ceñidas. Son imágenes de un mundo tranquilo, de una monarquía segura de sí misma, de un país que tiene fe en su propia eternidad. La belleza no necesita mostrarse mucho; se impone por su propio resplandor. El amor humano que vincula al rey y a la reina se eleva a la altura de una virtud divina. Mikerinos, cuyo nombre significa en egipcio «estables son las potencias vitales (o la potencia vital) de Ra», no merece quizá el epíteto de «gigante», al mismo nivel que Keops y Kefrén. No se sabe por qué, pero su pirámide, la tercera de la llanura de Gizeh, es mucho más pequeña que la de sus dos predecesores. Tiene poco más de sesenta y seis metros de altura y el conjunto funerario no está terminado. Su volumen es nueve veces más pequeño que el de la pirámide de Kefrén. Hay que decir que una gran excavación efectuada en un sitio llamado Zauiet al-Aryan muestra que en este lugar se habían cavado los cimientos de una enorme pirámide. Las obras se abandonaron. ¿Prueba esto que los maestros de obras ya no disponían de los recursos necesarios para construir pirámides gigantescas? ¿Faltaban hombres o materiales? ¿Eran insuficientes los recursos económicos del país? Desgraciadamente, carecemos de documentación sobre esos puntos. No hay nada que confirme la existencia de crisis de cualquier tipo durante el reinado de Mikerinos. Su pirámide ofrece una innovación en cuanto al revestimiento, ya que un tercio de su altura es de granito y el resto de piedra caliza. La pirámide, cuyo nombre era «Mikerinos es divino», es citada en un texto del Antiguo Imperio, grabado en la tumba de Debehn: «Mikerinos ordenó que esa tumba fuera hecha para mi padre, mientras que Su Majestad estaba de camino hacia las pirámides, para ver el trabajo realizado en la pirámide llamada Mikerinos-es-divino. Su Majestad hizo venir al comandante de los barcos, al gran señor de los artesanos y a los artesanos».
Christian Jacq
El Egipto de los Grandes Faraones.

La pirámide levantada por el faraón Micerino (a pesar de la diferencia en las dimensiones) nada tiene que envidiar a las de sus predecesores. El impresionante conjunto de Gizéh no sería lo mismo sin este monumento. Este faraón dejó para la posteridad un importante número de estatuas, muchas de las cuales han llegado en buen estado hasta nosotros, siendo especialmente destacadas sus célebres triadas.

El sarcófago de Mikerinos, destinado al British Museum de Londres, nunca llegó. El barco que lo transportaba naufragó y esa casa simbólica donde vivía el cuerpo momificado para la eternidad desapareció para siempre.
Christian Jacq
El Egipto de los Grandes Faraones.

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