sábado, 4 de abril de 2020

ÉPOCA PREDINÁSTICA. EGIPTO ANTES DE LOS FARAONES.




La época Predinástica es la etapa anterior a los primeros faraones y se corresponde con las últimas etapas del Neolítico. Las aldeas neolíticas fueron dando forma al Bajo y al Alto Egipto, mucho antes de la primera unificación del país. En ese sentido podemos afirmar que la civilización egipcia, que lleva siglos fascinando a toda la humanidad, nació mucho antes de que el primer faraón reinase sobre el país del Nilo. Sus orígenes los situamos en la lejana prehistoria y lentamente fue forjándose a lo largo de un proceso evolutivo que la llevó a atravesar las puertas de la Historia escrita. 


Los cambios trascendentales cambios que permitieron el paso del Paleolítico al Neolítico comenzaron a suceder en Próximo Oriente hace unos 10.000 años, un área muy próxima, y en continuo contacto, con Egipto. Sin embargo, las tierras de Egipto permanecieron un tanto ajenas al desarrollo de agricultura y ganadería hasta bien entrando el sexto milenio a.C., cuando sus comunidades humanas nómadas, que vivían de la caza y ocupaban las terrazas del río Nilo, aún no desertizadas, comenzaron a recibir las influencias de grupos neolíticos que, procedentes de Asia, portaban una agricultura y una ganadería avanzada.



El cuchillo de Dyebel El Arak, conservado en el Museo de Louvre, data del Período Predinástico y se compone de una magnífica hoja con retoques paralelos y de un precioso mango de marfil con decoraciones en relieve, en las que se han visto influencias mesopotámicas. Esta técnica de fabricación de armas y otros objetos de sílex perduró hasta bien entrados los tiempos históricos, debido, principalmente, a las dificultades del país para proveerse de metales. 

Las comunidades agrícolas enraizaron pronto en el Delta del Nilo (al Norte del país), en Merimda, El Omarí y el oasis de El Fayum, experimentando una rápida evolución y desarrollo que llevaron al surgimiento de las primeras ciudades en el Bajo Egipto a mediados del quinto milencio a.C. En estos primeros núcleos urbanos apareció el trabajo especializado y la estratificación de las clases sociales. Esto, acompañado de una agricultura muy productiva, pertmió un enorme crecimiento demográfico. Los cimientos de la historia estaban echados. 

Las culturas neolíticas de El Fayyum (hacia el 5000 a.C., o más tarde) y de Merimde (hacia el 4000), en la orilla occidental del Delta, acusan un avance cultural considerable. Cabras, cerdos y gansos, y algunas especies de cereales, se suman a los recursos de que el hombre dispone. La casa se hace más estable, los silos sirven para preservar la cosecha, el grano se guarda en tinajas, y se van extendiendo la cestería y los tejidos de lino. La sociedad se basa en la comunidad aldeana. La cooperación hace posibles logros muy importantes: los agricultures se establecen en las mismas orillas del río y van organizándose sistemas de irrigación, mientras que alrededor, flanqueando el valle y adentrándose en el desierto subsisten pastores nómadas. 
A Tovar, W Rölling, I Gamer-Wallert 
Historia del Antiguo Oriente.

La búsqueda de recursos minerales en el Medio y Alto Egipto – especialmente oro – por parte de colonos septentrionalers adoradores de Horus y Osiris, aceleró el contacto, y también el conflicto, con las sociedades meridionales. 



Los elementos conocidos de la escultura de bulto redondo en época predinástica consisten sobre todo en pequeñas figurillas de barro cocido, hueso o marfil que, representan en la mayoría de los casos, mujeres desnudas (¿eco lejano de las Venus Paleolíticas?). Podemos estar ante la representación de la Gran Madre. 

En el Egipto Predinástico, la ciudad de Heliópolis se convirtió en la metrópoli religiosa del país, al logra su clero doblegar a todos los dioses bajo la supremacían absoluta de Atón. Desde un punto de vista político, debemos ver en Heliópolis, una árbitro de las relaciones entre nomos. 

Mientras en el Bajo Egipto se desarrollaba la pujante civilizción de Maadi-Buto, que mantenía activas relaciones a través del Mediterráneo con Mesopotamia, en el Alto Egipto se iba consolidando la cultura de Nagada, cuyo centro era Ombo, patria ancestral del dios Set. Sin embargo algunas divinidades procedentes del Delta, se fueron instalando en el Valle, provocando un conflicto entre los adoradores de Horus y los de Set, que concluyó con la victoria de los primeros. De esta manera de construye el reino horiano de Hieracómpolis en el Alto Egipto, hermanado con el reino de Buto en el Bajo Egipto. Desaparecido el reino de Buto, los reyes de Hieracómpolis iniciaron la conquista del Bajo Egipto, al tiempo que establecian sus nueva capital en Tinis y su necrópolis en la cercana Abido, principal santuario de Osiris en el Alto Egipto. 



La Paleta de Hieracómpolis o de Oxford es uno de los elementos más característicos del Predinástico. En general estos objetos representan la evolución final de unas paletas de piedra más primitivas y meramente funcionales, utilizadas para mezclar productos cosméticos repelentes de insectos. Con el tiempo fueron incorporando elementos decorativos hasta llegar a la eclosión final que son las paletas votivas decoradas ampliamente con bajorrelieves. La parte superior de esta paleta está enmarcada por dos perros enfrentados, con las cabezas destacadas en bulto redondo. El receptáculo circular recuerda la función original de las paletas destinadas a la mezcla de cosméticos. Vemos también animales fantásticos que alargan sus cuellos y escenas de caza, en la que dos perros persigen gacelas, íbices y antílopes. 

Se ha señalado que el juego de los dos modos de vida, pastoral y agrícola, que conviven en Egipto, es decisivo para la presencia de la cultura en el país. El mismo juego histórico entre el nómada y el sedentario que se señala en Mesopotamia, se produce aquí. 

Durante varios siglos, el Alto Egipto afirma su unidad frente al Delta, que se ha desarrollado completamente como una sociedad agrícola. El Alto Egipto mantiene su personalidad frente a los nubios del Sur, los libios del Oeste y los beduinos del desierto del Este y de la península del Sinaí. 
A Tovar, W Rölling, I Gamer-Wallert 
Historia del Antiguo Oriente.

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