viernes, 6 de marzo de 2020

RIBADEO.




La riba del Eo, es decir la orilla o la Ribera del Eo, la ría que separa Galicia y Asturias, población gallega que mira cara a cara a la vecina tierra asturiana. Un enclave vacacional (para los habitantes del sur peninsular que sufren tórridos veranos), una villa pesquera y una monumental ciudad levantada (y embellecida) con el dinero de los indianos.




La Plaza de España es el centro neurálgico de Ribadeo, en su entorno se concentran los edificios más destacados de la villa, como el elegante palacio neoclásico de Ibañez, sede actual de la Casa Consistorial y la preciosa Torre de los Moreno, que no deja indiferente a nadie.


En origen una sencilla aldea de pescadores que moraban en las orillas de la ría. En 1183 Fernando II la eleva al rango de villa y otorga la posibilidad de celebrar un mercado semanal. Poco a poco, Ribadeo va adquiriendo elementos propios en el ámbito urbano como los conventos de San Francisco o Santa Clara. Con el auge económico del siglo XIX nace el Ribadeo Moderno, apoyado en los recursos de la emigración. Se derriba la muralla medieval, se abren nuevos caminos y los indianos retornados construyen sus pazos, desarrollando una arquitectura urbana moderna y cosmopolita.




Muy cerca de Ribadeo se localiza la famosa Playa de las Catedrales, un apreciado monumento natural que corre el riesgo de morir de éxito.


En A Mariña Lucense, Ribadeo es parada xacobea (obligatoria) con una importante densidad de casas de indianos (aquellos que cruzaron el charco para hacer fortuna) y como puerto de mar, urbe de comerciantes. En el centro urbano histórico construían sus casas los ricos hidalgos y comerciantes que convivían con marineros y artesanos. Resultado, un entramado urbano que combina pazos blasonados con sencillas construcciones de las clases menos pudientes.


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