Benarés, Teotihuacán, La Meca,
Jerusalén, el hombre ha peregrinado en toda época y lugar. Siempre
es una iniciación (diferente en cada peregrinación), un camino
dual, hacia fuera, pero también hacia dentro. La divinidad que
buscamos se encuentra en nuestro propio interior. Los monjes repiten
ese ritual en el interior del monasterio, dando vueltas en torno al
claustro. Los frailes salen al mundo, y hacen de la existencia un
camino de peregrinación interminable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario