viernes, 11 de octubre de 2019

LE PUY EN VELAY.




Una población instalada en un cono volcánico, sus edificios históricos mantienen un equilibrio mágico con afloramientos rocosos y enormes pilares de basalto: geología y arquitectura diseñaron esta sugerente población del Macizo Central Francés.


En su casco histórico medieval sobresalen tres picos, cada uno de ellos coronados por una ermita o una estatua de enormes dimensiones. La Virgen María, la Notre Dame francesa, la Isis cristianizada, la Gran Madre del Neolítico aparece entronizada en un lugar destacado de la villa, recibe al que llega, protege al que se queda y bendice al que marcha. Todo Le Puy en Velay es como un gigantesco altar, surgido de las entrañas mismas del planeta, donde se venera al principio femenino creador.


Históricamente Le Puy vivió del comercio y en la actualidad es un atractivo destino turístico, especialmente cuando celebra su carnaval, el Festival del Rey Pájaro, a mediados de septiembre, cuando el estío comienza a perder sus hojas, y las primeras lluvias refrescan el ambiente.


Durante la Edad Media Le Puy fue un lugar de paso de peregrinos, especialmente aquellos que se dirigían dirección sur hacia Santiago de Compostela. Precisamente desde aquí partió el primer peregrino jacobeo, el obispo Gotescalco en el siglo X. Cuando regresó a su diócesis levantó la sugerente Chapelle St. Michelle de Aiguilhe. De esta manera Le Puy ha sido ciudad de tránsito, pero también destino de los peregrinos que venían al santuario de Notre Dame. Otro de los obispos históricos de Le Puy fue Ademar de Monteil, legado papal de Urbano II y protagonista durante la Primera Cruzada.


El centro religioso, y neurálgico, de la ciudad, es su impresionante catedral, una enorme estructura románica, que muestra una clara influencia arquitectónica árabe, que se sitúa entre dos de los picos de origen volcánico. La catedral de Notre Dame se erige como epicentro religioso de Francia. Ocupa el Mount Anis donde según la leyenda, y durante los primeros tiempos cristianos, la Virgen María se apareció a los campesinos. Con toda probabilidad el lugar donde se asentó la catedral había sido la ubicación de un templo pagano. En su interior destacan la Virgen Negra y la Piedra de las Febres.

Camille Jullian – filólogo y epigrafista francés – cuenta en su Historia de la Galia que esa región era el equivalente céltico de Delfos o de Santiago de Compostela, La Meca o de Lourdes, y debía reconocerse como centro moral de toda la Galia.
(Más Allá. Nº 74. Vírgenes Negras).


La colosal estatua roja de Notre Dame de Francia, erigida en la cumbre del Rocher Corneille, se elaboró con la fundición de 213 cañones rusos capturados en la batalla de Sebastopol durante la Guerra de Crimea.






En las esquinas de las calles, pequeñas hornacinas con las imágenes de santos y vírgenes a que están dedicadas.



Toda la parafernalia de un burgo medieval: la artesanía y el comercio, sin olvidar las viandas, la restauración y el bebercio.



La Rues des Tables conduce a peregrinos y feligreses hasta las puertas mismas de la catedral, el corazón espiritual de Ley Puy. Place des Tables y la fuente, uno de los lugares más pintorescos (y fotografiados) de la pequeña villa medieval.


Atravesamos el Macizo Central, las tierras donde causó pavor y provocó oleadas de terror, la famosa bestia de Gevaudan, condujimos por Auvernia para alcanzar Le Puy en Velay, un enclave mágico, del que partió allá por el siglo X, el primer peregrino de nombre conocido que llegó a Santiago de Compostela.





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