sábado, 10 de agosto de 2019

SIGLO DE ORO.




Al tiempo que los puertos valencianos y alicantinos despedían a los herederos españoles del Islam, una estirpe de escritores iluminaba España con el oro de las letras. La permanente búsqueda de la belleza, la combinación de los antiguo y lo moderno, lo foráneo y lo nacional, la defensa de unas tradiciones que iban perdiendo su sitio en Europa o la reflexión minuciosa sobre la decadencia española impregnaron la tinta de los mejores escritores de todos los tiempos. Cervantes descubre el doloroso conflicto entre la realidad y la bambolla en la triste odisea de don Quijote de la Mancha; Lope de Vega revoluciona la escena y se convierte en el más acérrimo defensor de la ideología tradicional y los valores casticistas; Góngora busca el refugio de la belleza en una travesía poética que sigue la ruta trazada por el fluir melancólico de Garcilaso de la Vega; Baltasar Gracián asombra con su dominio del concepto y el lenguaje; Calderón pregona el espíritu religioso de la Contrarreforma mientras Quevedo, puro de sangre y con espada y pluma de mucho filo, desentraña las contradicciones del barroco y entrega a la imprenta algunos de los versos de amor más hermosos y conmovedores de las letras españolas,

serán ceniza, mas trendrá sentido;
polvo seán, mas polvo enamorado.

La literatura del Siglo de Oro fascinó a Europa y paseó el prestigio del idioma español por medio mundo en un momento en que los tercios empezaban a renquear en las tierras del Imperio.
Fernando García de Cortázar.
Historia de España. De Atapuerca al Estatut.


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