jueves, 24 de mayo de 2018

CRETÁCICO, CUANDO LOS DINOSAURIOS DOMINABAN LA TIERRA.



El Cretácico (145 – 65 millones de años) es el tercer (y último) período del Mesozoico y también el más largo, pues ocupa prácticamente la mitad de la era. El final del cretácico define la frontera entre las eras mesozoica y cenozoica. Menos famoso que el Jurásico, el Cretácico fue un período crucial en la historia geológica de nuestro planeta.


A lo largo de este período Pangea, el supercontinente, completó su fragmentación en los continentes actuales, aunque sus posiciones en el globo difieren a las que tienen hoy día. De Gondwana se fueron desgajando Australia, Antártida y América del Sur. El resto del continente estaba constituido por África y el bloque del que posteriormente se separaron la India y Madagascar. Tanto movimiento de tierras provocaron el surgimiento de grandes cadenas montañosas submarinas y la elevación del nivel del mar. Por otro lado, el mar de Tethys conectaba los dos grandes océanos.


Al período Cretácico pertenecen los dinosaurios más conocidos, los populares triceratops y tiranosaurus rex, herbívoros y carnívoros, predominantes en todos los ecosistemas del planeta, y que alcanzan ahora su mayor diversidad.


En estos cuantos millones de años surgen las plantas angiospermas, que aún eran primitivas y muy escasas. La enorme diversificación de los insectos está relacionada con la expansión de estas plantas. A finales del período la flora había adoptado una apariencia moderna e incluía muchos de los géneros actuales de árboles, como aquellos a los que pertenecen robles, hayas y arces.


En los mares nadan tiburones similares a los que pueblan nuestros océanos y los ammonites siguen disfrutando de gran apogeo.


El acontecimiento más destacado – quizás el más recordado, pero no el más importante – fue precisamente aquel que marcó su trágico final, un asteroide impactó contra la Tierra, causó un gran cambio climático y provocó una extinción masiva dinosaurios; dinosaurios, reptiles voladores y marinos, ammonites . . . dejaron de existir para siempre.


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