martes, 20 de marzo de 2018

EN BUSCA DEL REINO DE NAVARRA.



Montaña, Valle y Ribera. Pirineos, Zona Media y Ebro. La montaña se lanza sobre la llanura y termina dominándola. Naturaleza, Medievo, vinos y gastronomía de calidad, un viaje al ayer y un disfrute en el hoy. Ciudades, castillos, atalayas e iglesias fortalezas para defender las tierras del Reino de vecinos e invasores. Quinientos años después sigue conservando su personalidad e independencia foral.

Viana, Villamayor de Monjardín, Nájera, Puente la Reina, Artajona, Santa María de Eunate, Pamplona, Sangüesa, Olite, Nájera, Lizarra, son pequeños capítulos de una novela grandiosa, la Historia del Reino de Navarra, en la que la Virgen Madre (la encontramos por doquier) y el Camino de Santiago, son dos protagonistas definitorios del territorio. El tercero de los elementos que otorgan uniformidad (y personalidad) a la histórica entidad político-cultural es la lengua; el euskera.


Nobleza filo-castellana, burguesía franca y campesinado vascón terminarán configurando el Reino de Navarra. Viajando por estas tierras, y contemplando todos los carteles (y toponimia) bilingües no puedo dejar de hacerme preguntas: ¿nació Euskalherría en Navarra?, ¿de qué forma sentirán los navarros el vasquismo?, ¿y los riojanos?, ¿se sentirán todos iguales formando parte de una misma entidad cultural?, ¿o cada pueblo reclamará para sí los elementos y símbolos utilizados por todos?.  
Diciembre 2014.

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