lunes, 19 de marzo de 2018

EL SEÑOR DE LA GUERRA.



En el siglo XI Europa era una tierra violenta dividida en pequeños dominios que se extendían desde el Mediterráneo hasta las orillas del mar del Norte. Nobles poderosos, señores de la guerra, ejercían el derecho de vida y muerte sobre sus vasallos. Uno de aquellos, el duque Guillermo de Gante, dominaba una zona costera de Normandía y para proteger los pantanos y marismas de aquel rincón revuelto y levantisco, el duque envió una tropa de guerreros mandados por su más leal caballero, el normando Chrisagón de la Cruz. No tenía en realidad otra misión que la de imponer la voluntad del duque sobre sus vasallos y proteger sus tierras contra los ataques de los invasores frisios que cruzaban el mar para saquear y robar.  


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