martes, 7 de noviembre de 2017

HOGUERA ETERNA.



Vulcano, dios del fuego, mitad artesano, mitad hechicero, en su fragua desentraña los secretos del metal. Fuelle, yunque y martillo. Siempre vivo y dinámico, el baile de las llamas hipnotiza, las ascuas transforman cualquier habitáculo en un hogar (hogar y hoguera tienen la misma raíz). Alrededor del fuego nos hicimos humanos y el alimento se hizo más fácil de digerir (incluso más sabroso). Al calor de la chimenea entramos en un estado de ensoñación, cierto estupor y nos dejamos arrastrar por nuestras propias criaturas interiores. Los valientes vikingos del gélido norte son conocidos como el pueblo del fuego, un fuego que te recibe en el interior de cada cabaña. Los antiguos persas adoraban al dios Mitra, los zoroastritas a Ahura Mazda. Zoroastro, el Zaratustra de Nietzsche y Strauss, rinde culto a Ahura Mazda inclinándose ante la hoguera eterna. Dormir al calor de las brasas candentes. 

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