domingo, 2 de julio de 2017

DURANGO, NOBLE Y LEAL.



Una villa señorial, “Muy Noble y Muy Leal a la Corona Real villa de Durango”, capital histórica de una comarca; Durangaldea. La arquitectura urbana habla a las claras del poder que tenían (y tienen) sus habitantes.


Rastrear el origen exacto de Durango es tarea complicada por cuanto no existe Carta Puebla fundacional. Los historiadores coinciden en situar la fecha de fundación en algún momento entre los reinados de Sancho VI el “Sabio” y Sancho VII “el Fuerte” (ambos monarcas navarros).


El agua es un elemento presente en todo el casto histórico de Durango. 



Alrededor de la iglesia porticada (modelo típico por estas tierras) transcurre la vida económica y social de Durango, resguardados de las inclemencias del clima: frío, lluvia y viento. Esta basílica de Santa María de Uribarri se construyó en el siglo XV. Su pórtico es el más grande de Euskadi.


El ayuntamiento, bellamente adornado, fue construido a inicios del Renacimiento.


En Lariz Torre pasaron una noche Juana de Castilla y su madre la reina Isabel. Se levantó a finales del siglo XV.


En el siglo XV Durango se convirtió en el centro de una herejía religiosa liderada por Alonso de Mella, de gran calado social. El movimiento fue duramente aplastado y como recuerdo de todo esto queda el Crucero de Kurutziaga.


El arco e iglesia de Santa María es el lugar más buscado (y fotografiado) de la villa. El templo, aunque sobrio y sereno, es de estilo barroco, al igual que el arco, una de las seis puertas que se abrían en el antiguo cerco de muralla.




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