miércoles, 31 de mayo de 2017

FULCO NERRA.



El diablo a veces adopta forma humana. Eso debieron pensar los que conocieron a Fulco III de Anjou, conocido como “el Negro”. También los cronistas que relataron, con todo lujo de detalles, sus fechorías. Violento, pendenciero y codicioso, cometió robos, pillaje y violaciones, atacó a su vecino Eudes de Blois, asesinó por placer, utilizó el látigo para relacionarse con sus sirvientes, atacó al duque Ricardo de Normandía y saqueó el monasterio de San Martín de Tours. Esos sí, como hombre piadoso y buen católico, peregrinó a Tierra Santa para expiar sus numerosos (y en el fondo imperdonables) pecados.  

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