Mundaka es un pequeño y
embaucador pueblo de marineros y pescadores, donde prácticamente
todas las casas van a dar al Cantábrico y en la iglesia local recibe
veneración, sea cual sea su advocación, la Señora de los Mares.
Situada entre Gernika y Bermeo,
Mundaka vincula su propia existencia a las leyendas que surgen del
Océano, que entroncan directamente con el origen mismo del Señorío
de Vizcaya, e incluso de Euskadi.
El mar trae una leyenda,
susurrada de cuando en cuando, por las olas. En una fecha que nunca
se inscribió en calendario alguno, arribó a Mundaka una
desvencijada embarcación, castigada por la lluvia y azotada por la
galerna.
En la chalupa viajaban una
princesa desterrada del Reino de Escocia, unas pocas doncellas y la
guardia que le seguía siendo fiel. Al ver la claridad de las aguas,
los escoceses llamaron al lugar “munda aqua”.
La tradición cuenta que la
princesa exiliada tuvo un hijo, Jaun Zuria, que andando el tiempo
acabó convertido en el primer Señor de Vizcaya.
Estampa típica del mundo
vasco, junto a la iglesia de Santa María, en el mismo muro, el
frontón. El templo se levanta sobre el cerro de la antigua atalaya.
Los peregrinos que desembarcaban en Bermeo pasaban por aquí camino
de Santiago.
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