Al igual que la mayoria
de los estados, el Reino de Polonia basa su existencia en un hecho
mítico y extraordinario. El legendario líder tribal Lech (hermano
de Czech y Rus, ancestros míticos de bohemios, rusos y ucranios)
llegó con su gente a orillas del río Varta, y detuvo sus pasos
junto a un árbol enorme, donde vio posarse a un águila blanca.
Aquella fue la señal y decidió instalarse allí mismo. Construyó
una pequeña fortaleza alrededor del árbol y la llamó Gniezno.
Proclamado príncipe de aquellas tierras y de las gentes que la
habitaban, adoptó como blasón un águila blanca con las alas
extendidas. El ave rapaz sigue campanado sobre un inmaculado campo
rojo en el escudo de Polonia. Continuará...
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