jueves, 29 de septiembre de 2016

ALFONSO X "EL REY SABIO".



Alfonso X pasa por ser uno de los reyes medievales más conocidos (al menos su nombre) de la turbulenta historia de España. Conocido como “el Sabio” su faceta cultural superó con creces su obra política. Hijo de Fernando III y de Beatriz de Suabia, se casó con Violante de Aragón, la hija de Jaime I y de Violante de Hungría.


Siendo aún infante, el joven Alfonso arrebató Cartagena a los moros y colaboró con su padre en la conquista de Sevilla. Cuando murió Fernando, el nuevo rey continuó las campañas por el Valle del Guadalquivir, tomando Jerez, Cádiz y el Puerto de Santa María, consolidando el dominio de las tierras Béticas conquistando Niebla. A continuación puso en marcha el proceso de repoblación. Tras la conquista del Puerto fundó la orden militar y naval de Santa María de España. Más tarde, y con la inestimable colaboración de su suegro “el Conquistador” incorporó Murcia a su corona.


Ningún rey de las España había heredado un territorio tan vasto como Alfonso, casi dos tercios del total de la península estuvieron bajo su dominio. A pesar del empeño su obra política no estuvo a la altura de la de su padre, en parte por falta de apoyo interno, pues varios sectores de la nobleza se rebelaron. En el terreno económico y social Alfonso X otorgó una base legal al Honrado Concejo de la Mesta.


Inspirado en la vida de Alejandro Magno Alfonso alegó derechos al trono imperial como hijo de Beatriz de Suabia y tras una dura (y costosa) campaña de propaganda consiguió los votos suficientes para convertirse en Rey de Romanos. De todas formas la Senta Sede no lo tenía muy claro, y Alfonso X nunca llegó a ser coronado.


La residencia del rey se convirtió prácticamente en una academia, y consiguió la colaboracion de sabios y eruditos, cristianos, judíos y musulmanes, y con este equipo multidisciplinar, elaboró obras de carácter histórico, literario y científico, entre ellas las Siete Partidas, la Storia General, las Tablas Astronómicas y las Cantigas. Además tomó la decisión definitiva de convertir la lengua castellana en el idioma oficial. La cultura fue su gran obra y legado.


Apesadumbrado por las luchas fratricidas que se apoderaron de Castilla, con sus hijos Sancho y su nieto Fernando guerreando por sucederle, un deprimido Alfonso se retiró a Sevilla donde vivió sus últimos días.




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