Maltratada por la
historia (y vituperada por la prensa rosa del momento), acusada de
adúltera e intrigante, esta mujer, casada con el rey Fernando I de
Portugal, nunca gozó del favor popular. A pesar de todo eso, Leonor
Téllez de Meneses se convirtió en reina consorte tras haber
conquistado el corazón del legítimo dueño dueño de la corona, y
no satisfecha con eso, también desempeñó un destacado papel en la
corte, y aún más, en los asuntos de estado. Llegó a la corte
huyendo de un matrimonio que no le hacía feliz, descubrió el lujo y
el hedonismo en la alcoba real, engendró a una heredera – Beatriz
de Portugal– y cuando quedó viuda huyó a Castilla con su nuevo
amante, el conde de Andeiro.
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