A orillas del Danubio se
eleva el majestuoso Walhalla, una maravilla de la arquitectura
romántica, un revival de formas y conceptos artísticos de la
Antigüedad, homenaje a la Civilización Clásica y apoteosis de la
cultura germana.
Al contemplar la obra
Wotan debió sentirse orgulloso de su pueblo alemán. En su interior
los elegidos esperan pacientemente la llegada de la batalla decisiva
que acontecerá al final de los tiempos, el Ragnarok. (Esta vez
quizás no toque perder).
Concebido por Luis I de
Baviera y ejecutado por Leo von Klenze, este Olimpo de los dioses
germanos se encuentra situado a unos seis kilómetros de Ratisbona.
Grecia y Germania unidas en una sola idea: la superioridad cultural
de la Vieja Europa.
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