domingo, 22 de mayo de 2016

IGLESIA DE MADERA DE ROZAVLEA



En las regiones boscosas y húmedas la madera ocupó el lugar de la piedra. Donde la materia mineral escasea las iglesias se levantaron utilizando la madera. En Maramures (norte de Rumanía) podemos disfrutar con la visión de estos curiosos edificios tan alejados de los cánones arquitectónicos mediterráneos. Pera llegar hasta algunas de ellas, las más recónditas, es necesario conducir por estrechas carreteras y carriles de tierra. Al más puro estilo rally.


Estos sugerentes templos, como el de Rozavlea, son de pequeñas proporciones y se circunscriben a una ámbito rural, donde sigue mandando la tradición. La iglesia de madera de Rozavlea – Biserica de lemn din Rozavlea – se ha convertido en un símbolo de la población donde se encuentran y supone un extraño contraste, respecto a modestos edificios de obra (algunos a medio hacer) que lucen fachadas de vivos colores.


En la orilla de una polvorienta carretera, protegida por una cerca de escasa altura, en cuyo interior se amontonan tumbas cuidadosamente adornadas con flores, y del que sobresalen rústicos crucifijos de madera, se ubica esta iglesia. Una torre cuadrangular destaca por encima del resto del edificio, como un faro en un rocoso acantilado.



El templo está dedicado a los Santos Arcángeles Miguel y Gabriel y se construyó a principio del siglo XVIII después que los tártaros destruyeran la anterior. Los constructores de esta iglesia no eran simples labriegos, sino carpinteros altamente cualificados, que utilizando grandes troncos eran capaces de crear estas pequeñas maravillas arquitectónicas, incluidas por derecho propio en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.  

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