Gök, dios del Cielo, era
la principal deidad de una tribu turca, conocida por ese motivo como
Turcos Celestiales, que formaron el primer imperio turco del que
tenemos noticias. La gente de esta tribu se consideraban hijos del
cielo y de una loba. El lobo, y el inmenso cielo azul, son dos de los
símbolos tradicionales de los pueblos esteparios. Los turcos
mantendrán el culto al lobo hasta su conversión al Islam. Antes de
obedecer el Imán, los turcos eran guiados en el mundo de los
espíritus por el chamán.
Los Gök Tukler – o
köktürk – procedentes de los montes Altai, crearon una poderosa
confederación y bajo el mando de Bumin Khan, conquistaron buena
parte de Asia Central y fundaron un destacado imperio territorial
destruyendo de paso, el imperio de los ruan ruan. Desde esta
privilegiada posición los köktürk controlaban algunos tramos de la
lucrativa Ruta de la Seda. Más tarde Bumin Khan intentó casarse con
una princesa ávara, pero fue rechazado por su familia que lo
consideraba un simple herrero. Y esta es otra actividad (además de
la guerra y la cría de caballos) en la que sobresalían los turcos:
la metalurgia.
El imperio prolongó su
existencia casi dos centurias. En 744 se desintegró como
consecuencia de una sublevación generalizada y el continuo
hostigamiento de otras tribus túrquicas, como los uigures. Antes que
todo eso, y a la muerte del fundador, el kaganato se dividió en dos
ramas; una oriental que acabó dominada por los chinos y otra
occidental que se aproximó a Persia, adoptando algunos principios
del zoroastrismo. Kutlu Jagán reunificó el imperio, que viviría
entonces, siglo VII, sus momentos de mayor esplendor. En esa época
crearon un sistema de escritura (de la que existen algunos
testimonios) que guardaban ciertas semejanza con las “runas”.
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