viernes, 8 de abril de 2016

CONCATEDRAL DE CÁCERES.



En un centro histórico declarado Patrimonio de la Humanidad son muchos los edificios que merecen una atención especial. En este paseo por el Cáceres histórico vamos a detenernos en el edificio religioso más importante, la Concatedral de Santa María.


Se trata de un templo que hunde sus raíces en el Medievo. Se piensa que la construcción se inicia en el siglo XIII sobre una antigua ermita. De todas formas la mayor parte de obras y ampliaciones, que van del románico al plateresco, se desarrollan durante las centurias siguientes siglos XIV, XV y XVI, siempre manteniendo el aspecto de fortaleza. La mayoría de los elementos que conforman la concatedral son de un estilo gótico elegante y sobrio. Sin embargo la estructura es irregular, un estilo románico de transición al gótico.


El retablo que adorna el altar mayor, realizado en madera de cedro y estilo protorrenacentista. Esta pieza de gran valor fue labrada por Roque de Balduque y Guillén Ferrant.


A la siniestra de la portada principal del templo se eleva la torre cuadrangular que sirve de soporte al campanario. Consta de tres cuerpos separados por molduras. En el segundo de los cuerpos, inserto en un medallón, un jarrón de azucenas simboliza a la Virgen. A los pies de la torre se encuentra la escultura de San Pedro de Alcántara.


Santiago Apostol.


San Lorenzo.


San Ramón Nonato.


Capilla de San Miguel.


Personalmente, la pieza que más me impresionó, es un cristo negro, sumum de la escultura gótica. El cristo negro, obra anónima (siglos XIV – XV) goza de gran devoció entre la población cacereña y procesiona la noche del miércoles al jueves santo. Preside la capilla de los Mogollón-Blazquez-Mayoralgo.


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