domingo, 17 de abril de 2016

AL HAKÉN II



Califa cordobés, hijo del gran Abderramán III, culto e instruido convirtió su capital en un enorme centro de estudios. Se cuenta que su biblioteca reunía unos quinientos mil volúmenes de manuscritos dedicados a las más variadas disciplinas del conocimiento. Durante su reinado consiguió cierta tranquilidad al concertar las paces con leoneses, navarros y castellanos. Tanto dedicarse al estudio y la sapiencia le hicieron descuidar los asuntos de estado y a su muerte el Califato entró en una galopante crisis de la que ya nunca se recuperaría.  

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