Escribe Washington
Irving «Al regresar a la posada encontré a nuestro amigo Sancho en
animada charla con el posadero y dos o tres de sus sirvientes.
Acababa de contar cierta maravillosa historia de Sevilla, que mi
huésped parecía interesado en comparar con otra igualmente
maravillosa sobre Antequera. Había una vez una fuente, decía, en
una de las plazas públicas, llamada la Fuente del Toro, porque el
agua brotaba de la boca de una cabeza de toro tallada en piedra.
Debajo de la cabeza había escrito: enfrente del toro se halla el
tesoro. Muchos cavaron frente a la fuente, pero malgastaron su
trabajo sin hallar dinero. Por fin, un hombre entendido interpretó
el lema de diferente manera: "En la frente del toro es donde
está el tesoro -se dijo-, y soy yo quien ha de encontrarlo."
Así pues, llegó, muy avanzada ya la noche, con un mazo e hizo
pedazos la cabeza, y ¿qué creeis que encontró?. - ¡Un montón de
oro y diamantes!- exclamó Sancho ávidamente. - No encontró nada
-respondió el hostelero secamente-, y destrozó la fuente. En esos
momentos los criados del posadero prorrumpieron en risotadas pues
daban a Sancho por totalmente burlado, con lo que, supongo, era una
de las bromas preferidas de mi hospedero».
La
famosa Fuente del Toro aún es visible en el barrio alto de
Antequera, donde termina la Cuesta de San Judas, al pie mismo de la alcazaba. Sobre el toro un sol, y en
medio de ambos símbolos la frase “Que nos salga el Sol por
Antequera”, atribuida al conquistador de la ciudad Fernando de Aragón . Eso sí, de tesoro ni rastro.
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