viernes, 11 de diciembre de 2015

FORTALEZA DE SOIMOS.



La desgastada silueta de la fortaleza lleva siglos expuesta al Sol, la lluvia y el viento. De su pretérita grandeza nada queda. Situada en el condado de Arad, en la franja fronteriza, la Cetate Soimos – Fortaleza de Soimos – que se eleva por encima de la población de Lipova (una famosa estación de aguas termales), fue durante siglos centinela de Hungría, una castillo que guardaba la frontera oriental del Reino de Hungría con Transilvania. Hoy es un recuerdo en piedra de aquellos tumultuosos tiempos.

La fortaleza de Soimos fue construida sobre anteriores asentamientos dacios y romanos (como los espacios sacros, también los bastiones defensivos suelen ser reocupados y reutilizados) por el rey Bela IV, en un intento de crear un cinturón defensivo que contuviese las peligrosas cabalgadas mongolas, prácticamente imbatibles en campo abierto. El primer documento relativo a Lipova es de 1314 y se refiera a esta localidad como Castellanus Lypua, un reflejo de la función eminentemente defensiva del susodicho asentamiento.



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