Pedro I de Castilla,
arrodillado y orante, en una actitud nada cruel, con armadura de
brazaletes, grebas y musleras sobre cota de malla, guantes y manto
real, esculpido sobre alabastro durante el siglo XV, para formar
parte de su monumento funerario gótico que se encontraba en el
desaparecido convento de Santo Domingo el Real de Madrid.
No hay comentarios:
Publicar un comentario