jueves, 27 de noviembre de 2014

ARLES ROMANA



En la región natural de la Camarga, a orillas del Ródano, Arlés, engrandecida por Roma, patrocinada por el Divino César, su impresionante anfiteatro, conocido como Arena de Arlés, sigue sirviendo como escenario de sangrientos espectáculos. Veintiún siglos después, la impronta romana es la que recie el visitante, una monumentalidad imperial que a veces oculta un precioso trazado medieval.


Una de las primeras ciudades fundada por los romanos en el sur de la Galia, que primeramente había sido la griega Theline y más tarde la celta Arelate, y que el poeta Ausonio definió como "la pequeña Roma de los galos". Conquistada en el 123 a.C., pronto los ingenieros latinos construyeron un canal para unirla al mar Mediterráneo con el objetivo de competir con el gran puerto mediterráneo del momento; Marsella.


Precisamente durante la casi fratricida guerra entre César y Pompeyo, Arlés apoyó a Julio, y su rival Marsella, al Grande. Tras su victoria, César arrebató posesiones a la antigua colonia griega para cederlas a la ciudad que la ofreció ayuda. Su nombre completo era Colonia Iulia Paterna Arelatensium Sextanorum, esto es, Colonia Julia de Arlés de los Soldados de la Sexta Legión, y es que se convirtió en una colonia para el asentamiento de los veteranos de la Legión VI Ferrata.


Con el tiempo se convirtió en una de las ciudades más destacadas de la Narbonense y recuerdo de ese esplendor son el anfiteatro, conocido como las Arenas, el teatro o las termas. La cercanía al mar y la utilidad de su puerto fueron la clave del desarrollo que experimentó la colonia romana. Arlés contaba con un puente construido con barcos, torres y puentes levadizos, que era el más meridional de todos los puentes que vadeaban el Ródano.

" [...] mientras que de la parte del Ródano, Arelate es una ciudad y puerto comercial importante".
Estrabón IV, 1, 6.



A finales de la Edad Antigua (siglos IV y V) fue utilizada como cuartel militar para las tropas de los emperadores en campaña y en tiempos de Flavio Honorio (emperador) fue sede de la prefectura de las Galias que también incluía a Hispania. Durante el reinado de Constantino, se convirtió en una de las residencias favoritas del emperador.  

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