Los
legionarios romanos formaban una magnífica fuerza militar. Pero
además, cuando las circunstancias lo requerían, actuaban como un
efectiva maquinaria constructiva. Con sus armas vencían a los
enemigos y con sus herramientas los romanizaban. No existe mejor
forma de dominar un territorio que un buen sistema de comunicaciones.
Y eso es lo que hizo roma en Europa, construir una excelente red de
carreteras.
La
primera que se construyó en las Galias fue la Vía Domitia, que
discurría por la Galia Narbonense, corriendo paralela a la costa
Mediterránea, entre los Alpes y los Pirineos. Una de las principales
ciudades que atravesaba la Vía Domitia, era Narbona, capital
provincial, y la cruzaba justo por el Foro, el mismo lugar donde
siglos después se elevó la Catedral de los Santos Justo y Pastor.
La
Vía Domitia unía todas las ciudades romanas de la Galia Meridional,
como Brigantio (Briancon), Nemausus (Nimes), Baeteris (Beziers) y la
propia Narbo Martius (Narbona). Al llegar a la Península Ibérica,
la Vía Domitia se transformaba en la Vía Augusta que prolongaba su
trayecto hasta Gades. En la actualidad es posible encontrar tramos de
la Vía Domitia en algunas de las áreas de servicio y de descanso de
la Autopista que cruza el sur de Francia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario