lunes, 27 de enero de 2025

ORBANEJA DEL CASTILLO.

 


La cascada, que surge de las mismas entrañas del caserío, hace de Orbaneja del Castillo uno de los pueblos más visitados de la provincia de Burgos.





Los gigantes que habitaron el mundo en el principio de los tiempos tallaron estas enormes rocas, para permitir el paso de las aguas del río Ebro. Desde los imponentes riscos el buitre leonado observa atentamente todo lo que sucede aquí abajo. 




En el corazón de la villa observamos el roquedo, que se transforma en una fabulosa muralla defendida por las típicas almenas y los poderosos merlones.




La tundra ártica en medio de Burgos.


Nos situamos en el Valle de Sedano, un municipio que pertenece a la comarca burgalesa de Páramos, una tierra yerma y rasa de inviernos duros y prolongados. Algunos tramos que hemos atravesado con el coche para llegar aquí recuerdan con viveza a la tundra de Noruega. Lo más destacado de este Valle de Sedano es precisamente el cañón esculpido por el Ebro, que se abre a los pies de Orbaneja. El cañón del Ebro forma parte del Parque Natural de Hoces del Alto Ebro y Rudrón.





Igual que los animales construyen nidos y madrigueras, las persona han construido maravillosos pueblos como este, perfectamente mimetizado con el entorno natural. El agua está presente en cualquier rincón de Orbaneja, y junto a las cuevas del origen kárstico, son sus señas de identidad.




La toba es una roca formada por procesos kársticos muy abundante en esta zona. Su fácil manipulación y la sencillez de su extracción han hecho de ella una roca muy utilizada como material de construcción en muros, arcos y bóvedas. Los lugareños levantaron sus casas y empedraron las calles con la toba. La madera para solanas y entramados complementa a la piedra.





Entre los edificios más destacados se encuentra la Casa de los Canes del siglo XIV. Su nombre procede de los canecillos románicos reutilizados en su alero.





La casa fuerte que se yergue, noble y altiva, en un espigón rocoso que domina la Plaza Mayor es otra de las construcciones que llaman la atención de los visitantes.




Salvo por las tiendas de recuerdo y los abundantes bares y restaurantes, en Orbaneja del Castillo el tiempo se detuvo. Especialmente durante las primeras horas de la mañana. Solo se ponen en marcha cuando es tomada al asalto por turistas y senderistas. Una forma como otra cualquiera de sobrevivir.




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