Verano, tórrido verano, de sol a sol, el caminante camina. Son días de tragar polvo. El caminante no conode obstáculo que no sea capaz de superar. Sol, frío, lluvia, kilómetros, él conoce su cuerpo, es consciente de sus límites y actúa en consecuencia. No conviene hacer caso de guía y de otros peregrinos que pretenden venderte la moto. No es posible visitar ni tan siquiera una pequeña parte de todo lo que te anuncian las guías, más o menos turísticas, del Camino. (Entre Los Arcos y Torres del Río. Julio 2021)
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