miércoles, 22 de febrero de 2023

LA HIJA ADOPTADA POR BIZANCIO.



“En el 539, Belisario y su ejército llegaron hasta las murallas de Rávena. Se rogó a los venecianos que mantuvieran sus puertos dispuestos para recibir a todos los navíos griegos que llegaron con refuerzos, y que enviaran aquellos barcos propios que tuvieran disponibles, siempre más pequeños, para contribuir al asedio de la capital. Rávena cayó. Italia volvió a ser una nación imperial”

J.J. Norwich.

Historia de Venecia.


Y Venecia quedó insertada en este nuevo proyecto imperial. Bajo la protección, más o menos voluntaria, Venecia pasó a depender administrativamente del Exarca de Rávena. Bizancio era como un padre protector y autoritario, pero Venecia era la niña de sus ojos. En la corte constantinopolitana eran conscientes de la importancia estratégica y comercial de Venecia. Por ese motivo, el padre protector siempre estaba dispuesto a conceder privilegios y permitir ciertos caprichos a su niña bonita.


La cultura bizantina y sus formas artísticas afluirán a Italia, convirtiéndose a Rávena en un destacado foco artístico durante la Primera Edad de Oro (de las artes bizantinas). Venecia lo será durante la Segunda Edad de Oro. En Rávena destacan las iglesias de San Apolinar Nuevo, San Apolinar en Classe y San Vital, y sus magníficos mosaicos. En Venecia, uno de sus edificios esenciales e identitarios es la basílica de San Marcos, excelso ejemplo de arte bizantino. La influencia bizantina (y oriental en general) no se verá reflejada únicamente en el arte. La forma de vestir y de comportarse de la nobleza será parecida a la de las clases altas romanas de Constantinopla. En ese sentido, la vestimenta y el ceremonial que rodea al dux, serán parecidos a los del emperador bizantino.


Al frente del gobierno de la ciudad se impone el Magíster Militum bizantino, dependiente de Rávena. En la práctica, la confederación de la laguna no era independiente, sino que le debía fidelidad al Imperio Bizantino.


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