Cuenta una vieja tradición que Venecia fue fundada a mediodía del 25 de marzo del año 421. Siguiendo el relato legendario, tres cónsules enviados desde la vecina Padua, se habrían desplazado hasta las islas de la Laguna para establecer allí, de forma oficial y permanente, un emplazamiento comercial. Comenzaba así la historia de la gran capital mercantil de la Europa mediterránea. El origen real, y más prosaico, se debe a otro factor, igual de poderoso y decisivo que el dinero, nos referimos al miedo.
“Guadalajara en un llano, México en una laguna”. Otra ciudad surgida de las aguas de una laguna, Tenochtitlán, la impresionante capital del Imperio Azteca”.
Unos orígenes legendarios y una fecha sustentada en una tradición secular. Los primeros habitantes se movían como fantasmas entre la bruma, ocultos a los ojos de bárbaros sedientos de botín y de rapiña. El ser humano es capaz de cosas extraordinarias, como transformar una laguna infesta e insalubre en la ciudad más hermosa de la Tierra.
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