viernes, 1 de abril de 2022

VENUS SALIENDO DEL MAR. EL NACIMIENTO DE VENUS EN EL ARTE.

 


Los genitales de Urano fueron arrojados al mar, y de la espuma surgió aquella destinada a convertirse en diosa de la belleza, Venus. Venus saliendo del mar, o Venus Anadiomena, es un tema recurrente a lo largo de toda la historia del arte.


Apeles, utilizando como modelo a Campaspe, una concubina de Alejandro del Grande, fue el primero (al menos que conozcamos) en pintar la escena en un mural de Pompeya (siglo I d.C.).


La bellísima Simoneta Vespucci ofreció su rostro para confeccionar el más famoso de todos los Nacimientos de Venus, el pintado por el maestro florentino del Renacimiento, Sandro Boticelli (1484).


También Tiziano, uno de los máximos exponentes de la Escuela Veneciana, pintó a la diosa de la belleza surgiendo del mar (c. 1520). En esta ocasión aparece completamente sola.


El francés Nicolás Poussin es otro de los pintores que se acercó al tema (1635 – 1636) con una espectacular composición llena de dioses y diosas, que muestran sin ningún tipo de pudor, toda su desnudez.


El pintor flamenco del Barroco, Cornelis de Vos, imaginó a la diosa saliendo del mar caminando, mientras escurre su larga melena (1638).


El Rococó es el excesivo epílogo del Barroco, y de este estilo también tenemos un nacimiento de Venus, obra de François Boucher (1754). El artista francés pintó a la diosa del amor y la belleza en varias obras.


Durante el Romanticismo, tiempo de exaltación de las pasiones y los sentimientos, Teodoro Chassériau, ofrece su visión de la Venus Anadiomena (1838).



El pintor Jean Auguste Ingres, siempre mostró predilección por el desnudo femenino, también pintó a la diosa recreándose precisamente en su desnudez (1850).


En el madrileño Museo del Prado se encuentra el Nacimiento de Venus del pintor sevillano Antonio María Esquivel (1842).


De 1860 es el óleo sobre lienzo de Antonio Gómez Cros.


En 1862 Amaury – Duval pintó a Venus saliendo del mar.


En el Museo de Orsay en París se puede disfrutar la magnífica obra de Alexandre Cabanel, que en su momento fue adquirida por el emperador Napoleón III (1863).


También en el Orsay se expone el cuadro de Bouguerau, una preciosa pintura coral al óleo (1879).


Jean Leon Gerome nos presenta a una muchacha que emerge de las aguas rodeadas de pequeños querubines (1890).



En el cuadro de Gustave Moreau (1826 – 1898) son unos sencillos pescadores los testigos del nacimiento de la diosa de largos cabellos rubios.


Henri-Pierre Picou (1824 – 1895) aleja la escena del mar y la llena de personajes de rasgos humanos.


En los años '70 el artista Rip Cronk reinterpretó la escena con una Venus adaptada a su tiempo: patines, pantalón corto, top y los calentadores que tan de modo estuvieron en la década de los '80 (1978).





La actriz Uma Thurman se metió en la piel de la diosa en la delirante película Las aventuras del barón Munchausen del inigualable Terry Gilliam.


Matt Groening homenajeó el célebre cuadro en una de las aventuras de Homer Simpson.




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