martes, 2 de noviembre de 2021

EL ARTE DURANTE EL PERIODO HELENISTICO.

 


En el año 338 a.C., Filipo II, rey de Macedonia, derrotó a los atenienses, tebanos y otros griegos en la batalla de Queronea. Esta victoria suponía que toda Grecia quedaba sometida al poder macedonio. Su hijo y sucesor, Alejandro Magno, continuó la expansión de los territorios de su padre, alcanzando el Imperio Persa, Egipto y llegando incluso a la India, logrando de esta manera el acercamiento de las culturas occidental y oriental. Con Alejandro Magno comienza la última etapa de la historia griega, el Helenismo. 

Contexto histórico. 

El Helenismo (finales siglo IV a.C., al siglo I a.C.) es una etapa de crisis para la polis, las ciudades-estado, al unificarse todas ellas e integrarse en un gran imperio bajo el dominio de Alejandro Magno. 


Los tiempos han cambiado, en este imperio ya no tienen cabida los ideales de armonía y medida de la Grecia Clásica, siendo sustituidos por nuevos valores. La cultura griega se universaliza, admitiendo las aportaciones de los pueblos orientales con los que termina fundiéndose. De esta manera surge una cultura mixta o ecléctica, en la que se entremezclan la tradición clásica, el orientalismo (colosalismo) y una nueva concepción de la vida, no basada ya en elevados ideales, sino en la búsqueda del placer, la felicidad y el goce de la misma. 

Tras la muerte de Alejandro Magno sus generales (diácodos, o sucesores) dividirán el vasto imperio en diferentes reinos. El poder político se irá desplazando hacia Oriente, más rico y próspero, y se irán creando y ampliando algunas ciudades como Alejandría en Egipto, Antioquía en Siria o Pérgamo en Asia Menor. Estas ciudades se convertirán en los nuevos focos artísticos y culturales, siendo el urbanismo la gran creación del Helenismo. 

Antioquía, Alejandría, Pérgamo, además de Atenas, van a vivir una época de florecimiento artístico al que contribuyen dos factores: el mecenazgo de los reyes y la aparición de un mercado privado de arte cada vez más amplio, que daría lugar al coleccionismo de obras. 


1. URBANISMO Y ARQUITECTURA. 

Las nuevas ciudades se fundaron en lugares llanos y próximos a la costa, y todas ellas contaban con uno, o varios puertos. La ciudad helenística se construyó siguiendo una planificación racional. 



Hipodamos fue el primer arquitecto que empleó el plano ortogonal para la reconstrucción de Mileto. Este plano hipodámico sentó las bases del futuro urbanismo. Lo primero que hizo Hipodamos fue buscar un nuevo emplazamiento para la ciudad, abandonando la primitiva ubicación a unos kilómetros de la cosa, y planificó la nueva urbe en una península alargada. Trazó una retícula de calles (paralelas y perpendiculares entre sí) y una serie de manzanas cuadradas o rectangulares, que variaban de tamaño en función del terreno o de la funcionalidad que se le asigna. De esta manera diseñó tres barrios o zonas residenciales que quedaban separadas por las profundas bahías en las que construyó dos puertos y una zona baja. En la zona baja se ubica el ágora y los edificios principales: palacios, bibliotecas, mercados, mausoleos, teatros, gimnasios . . . 

Este plano urbano hipodámico u ortogonal tendrá enorme influencia posterior en la ciudad romana, en el urbanismo renacentista y en las poblaciones fundadas por los españoles en el continente americano. 

En los puertos de las ciudades costeras se levantaron monumentos colosales y emblemáticos, como el Coloso de Rodas o el Faro de Alejandría. 


Precisamente la ciudad de Alejandría se convirtió en uno de los focos culturales más influyentes durante este periodo helenístico. Fundada por Alejandro Magno en el Delta del Nilo se convirtió en la capital de Egipto y en la nueva gran metrópoli del mundo antiguo, trazado hipodámico, calles anchas, edificios públicos y centros culturales como su famosa Biblioteca. En Alejandría, frente al puerto, en la pequeña isla de Faros, se construyó una torre que enviaba señalas luminosas a los barcos. Este torre ha dado nombre a todos los faros posteriores. 


El faro de Alejandría contaba con un cuerpo cuadrangular, y una torre octogonal, coronada por una linterna. 



La ciudad fue fundada por Alejandro Magno y construida por su antigua guardia personal. Alejandro estimuló el respeto por las culturas extrañas y una búsqueda sin prejuicios del conocimiento. Según la tradición – y no nos importa mucho que esta fuera o no cierto – se sumegió debajo del mar Rojo en la primera campana de inmersión del mundo. Animó a sus generales y soldados a que se casaran con mujeres persas e indias. Respetaba a los dioses de las demás naciones. Coleccionó formas de vida exósticas, entre ellas un elefante destinado a su maestro Aristóteles. Su ciudad estaba construida a una escala suntuosa, porque tenía que ser el centro mundial del comercio, de la cultura y del saber. Estaba adornada con amplias avenidas de treinta metros de ancho, con una estatuaria elegante, con la tumba monumental de Alejandro y con un enorme faro, el Faros, una de las siete maravillas del mundo antiguo.

Pero la maravilla mayor de Alejandría era su biblioteca y su correspondiente museo (en sentido literal, una institución dedicada a las especialidades de las Nueve Musas). De esta biblioteca legendaria lo máximo que sobrevive hoy en día es un sótano húmedo y olvidado del Serapeo, el anexo de la biblioteca, primitivamente un templo que fue reconsagrando al conocimiento. Unos pocos estantes enmohecidos pueden ser sus únicos restos físicos. Sin embargo, este lugar fue en su época el cerebro y la gloria de la mayor ciudad del planeta, el primer auténtico instituto de investigación de la historia del mundo. Los eruditos de la biblioteca estudiaban el Cosmos entero. Cosmos es una palabra griega que significa el orden del universo. Es en cierto modo lo opuesto a Caos. Presupone el carácter profundamente interrelacionado de todas las cosas. Inspira admiración ante la intrincada y sutil construcción del universo. Había en la biblioteca una comunidad de eruditos que exploraban la física, la literatura, la medicina, la astronomía, la geografía, la filosofía, las matemáticas, la biología y la ingeniería. La ciencia y la erudición habían llegado a su edad adulta. El genio florecía en aquellas salas. La Biblioteca de Alejandría es el lugar donde los hombre reunieron por primera vez de modo serio y sistemático el conocimiento del mundo.

Carl Sagan.

Cosmos.


Arquitectura. 

La arquitectura de la época helenística se caracteriza por la monumentalidad y el barroquismo ornamental, perdiendo el canon humanizado griego. El corintio se convierte en el orden preferido. 


Los edificios más destacados de esta época son los siguientes:


♠  Templo de Zeus Olímpico en Atenas. Orden corintio. 


♠  Altar de Zeus en Pérgamo. Estamos quizás ante el edificio más emblemático del periodo. Construcción del siglo II a.C., para conmemorar las victorias militares del rey Eumenes II sobre los gálatas (pueblo celta asentado en Asia Menor). El conjunto muestra el poder absoluto del monarca. 

Situado sobre un podio de siete metros de altura, el muro principal estaba decorado con un friso escultórico (100 metros de largo, por 2,5 de alto). Es un altar hípetro, esto es, sin techo. Las figuras tenían un tamaño superior al natural y eran casi de bulto redondo para aumentar la expresividad. Algunas incluso se salen del friso y apoyan sus manos y rodillas en los escalones por donde subían los fieles. En la actualidad se encuentra reconstruido en el Museo de Pérgamo en la ciudad de Berlín. 



Teatro de Epidauro. Los teatros se construyen en las laderas de las montañas para facilitar la visión y la audición. El teatro de Epidauro es un típico ejemplo de edificaciones que influirán en la posterior arquitectura romana. 

El teatro griego se levanta aprovechando la pendiente de la colina y contaba con un espacio circular para el coro (llamado orquesta), otro rectangular y alto para los actores (la escena). Un graderío (la cávea) para los espectadores envolvía todo el conjunto. 


Mausoleo de Halicarnaso. Considerado una de las siete maravillas del mundo antiguo. Trata de mostrar el poder y la gloria del rey helenístico. Una construcción monumental al gusto egipcio, persa o mesopotámico, en el que se unen elementos orientales, como el podio o la forma piramidal, y griegos, como el orden jónico. 

2. LA ESCULTURA HELENÍSTICA. 

El helenismo supone el punto culminante de la evolución histórica de la escultura griega. Desde la abstracción del periodo arcaico y el idealismo clásico, la escultura helenística es más naturalista, incluso llegando al realismo más crudo en algunas ocasiones. 

La escultura helenística imita a Scopas y a Lisipo. Del primero, la tendencia pasional y trágica. Del segundo, la riqueza de puntos de vista.

La ambición del artista consistía en ser capaz de captar la multiplicidad de planos en el cuerpo humano, sus movimientos, los pliegues y la emoción humana, reproduciéndolos con el mayor naturalismo. La serenidad da paso a la animación teatral, la tensión de la lucha, el dolor y en general, la expresión de las emociones. 

Además de todo lo que hemos señalado, las principales características de esta etapa son las siguientes:

Gran diversidad. Se pueden encontrar muchas tendencias, fruto de la fusión de lo griego con los elementos propios de cada cultura integrada en este mundo helenístico. 

Se acentúan la expresividad de los rostros y las actitudes, el movimiento, el escorzo, los puntos de vista y la monumentalidad. 

Se rompe con la armonía clásica. Se prefiere el desequilibrio de los cuerpos a las serenas posturas, el dramatismo de las expresiones a los rostros tranquilos y sosegados, la fealdad de monstruos a la belleza clásica. 

Retrato. El desarrollo del retrato implica el triunfo del realismo. Se van a reproducir los rasgos individuales, el realismo avanza en los retratos, descarnados, sinceros y de gran profundidad psicológica. Se plasman los estados del alma, los defectos físicos e incluso la enfermedad. 

Frente a la escultura individual aparecen composiciones en grupo de figuras humanas, composiciones abiertas, con múltiples puntos de vista. 

El desnudo femenino alcanza gran esplendor con obras tan emblemáticas como la Venus de Milo. Precisamente es recurrente la representación de Afrodita, diosa del amor (a la que los romanos llamaron Venus). 

Variedad temática. Temas de género o de la vida cotidiana, patente en obras como El niño de la oca, la vieja ebria o los luchadores. Se introducen alegorías, como ancianos y niños que simbolizan ríos, lugares, ciudades . . . 


Ahora los escultores quedan más en el anonimato, ya que se trabaja por escuelas, cada una de ellas con sus propias características. Las escuelas más destacadas se situaron en Atenas, Rodas, Pérgamo y Alejandría. 

a. Escuela de Atenas. Especializada en copiar estatuas arcaicas y clásicas para los coleccionistas romanos. También realizan retratos de los intelectuales como Sófocles, Epicuro, Demóstenes . . . 


Torso de Belvedere. Canon de musculatura hercúlea que influirá en Miguel Ángel. 


La Venus de Milo. Descubierta en 1820. Los artistas del Neoclásico la tomaron como modelo, al considerarla un ideal de belleza. 

b. Escuela de Rodas. Se caracteriza por su gusto por lo colosal y gigantesco, por el movimiento contorsionado y por la expresividad, sobre todo los gestos de dolor en los rostros. 


Coloso de Rodas.


Fauno Barberin.


Victoria de Samotracia. Erigida en el Santuario de los Grandes Dioses de Samotracia en agradecimiento por una victoria naval. La escultura estaba colocada sobre un pedestal que adquiere la forma de proa de barco. Con las altas extendidas irrumpe en la proa, mientras el viento agita y moja sus ropas, que dejan traslucir sus formas femeninas. El conjunto es de un gran dinamismo y destacan en el mismo los efectos de claroscuro. 


Toro Farnesio. Es una monumental composición piramidal que representa el castigo de Dirce condenada a ser atada a un toro salvaje. 


Laocoonte y sus hijos. Una de las obras cumbres de la época helenística. El grupo escultórico fue hallado en el subsuelo de Roma en 1506 y se expone en los Museos Vaticanos. Influyó considerablemente en toda la escultura renacentista y barroca. Representa el castigo que la diosa Atenea infligió al sacerdote Laocoonte y a sus hijos, por intentar advertir a los troyanos del peligro que representaba aceptar el famoso caballo de madera. Unas serpientes salidas del mar se enroscan en los tres cuerpos, que vislumbramos retorcidos por el dolor y la agonía. Todo está supeditado a la expresión de un gran dolor físico y moral (el del padre que ve morir irremediablemente a sus hijos).

c. Escuela de Pérgamo (Asia Menor). Son famosas sus grandes composiciones, heroicas, de fuerza patética y de gran intensidad emotiva. 


Gálatas. Varias esculturas dedicadas a los gálatas; gálata moribundo, gálata suicida. Se esculpen en busto redondo, rindiendo homenaje a unos enemigos a los que costó mucho esfuerzo vencer. Tiene numerosos efectos barrocos, múltiples puntos de vista, captación del instante, el de la muerte, contrastes de luces y sombras. 


Gálata Ludovisi, que mata a su mujer y se suicida clavándose una espada por la espalda. 

Altorrelieves del Altar de Zeus en Pérgamo que narran una Gigantomaquia. 

d. Escuela de Alejandría. Uno de los núcleos artísticos más destacados de esta etapa. Destacan las alegorías, como la del Nilo, pero esta escuela muestra especial interés por lo grotesco. Se conservan representaciones de personajes contrahechos, enanos, viejas borrachas . . . 


Alegoría del Nilo. El río Nilo es humanizado, con barbas abundantes, la frente coronada de espigas y recostado sobre una esfinge y el cuerno de la abundancia. A su alrededor juegan 16 niños que representan los 16 codos de la crecida anual del Nilo. 

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