La próspera Vega de Granada, inspiración para el poeta y delirio para el caminante, apacible durante las largas tardes de la primavera andaluza. Acequias, pequeñas casas de campo, edificios de otro tiempos, algunas ruinas, campos de labor, las aves de pequeño tamaño esperan con paciencia que el caminante las descubra.
Omnipresentes las blancas cumbres de Sierra Nevada.
Estornino (Sturnus vulgaris) de lustroso plumaje.
¿Qué sería de nuestros pueblos sin los gorriones?. El día que desaparezca el último gorrión, todo estará perdido.
Acequia que alimentas los campos que cantó García Lorca.
Cúllar duerme la siesta recostada sobre las fértiles tierras alimentadas por el río Dílar, vasallo del Genil.
La alondra común (Alauda arvensis) esconde su llamativa cresta durante la primavera.
Un habitual de toda Iberia, el Mirlo común (Turdus merula).
La paloma torcaz (Columba palumbus) encuentra refugio en el olivar.
Urraca (Pica pica), el pájaro que viste con frac.
Tórtola turca (Streptopelia decaocto) una prima no tan lejana de nuestras palomas.
Las espinas de la belleza.
Pasión por la vida.
Catedral y Alhambra, cara a cara.
Serín verdecillo (Serinus serinus) en el alambre.
La cogujada (Galerida cristata) luce una preciosa cresta.
Las golondrinas (Hirunda rustica) pasan raudas por encima del agua.
El mochuelo (Athene noctua) construye su atalaya, y observatorio, en un viejo edificio en ruinas.
Un pinzón vulgar (Fringilla colebes).
Los vivos colores y la singularidad de su plumaje hacen inconfundible al Carbonero común (Parus major).
Sábado 15 de Mayo de 2021.
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