martes, 23 de febrero de 2021

DE PAMPLONA A PUENTE LA REINA POR LA RUTA DE LAS ESTRELLAS.

 


Pamplona, la vieja Iruña, es la primera ciudad importante del Camino Francés, y tras una larga jornada, prolongada a veces hasta la madrugada (la ciudad bien lo merece) el peregrino vuelve al camino. Aún no ha terminado de amanecer, Pamplona, fresca y solitaria nos despide con las primeras luces de la mañana. Hoy toca superar otra mítica subida “el Alto del Perdón”. Puente la Reina nos espera en el llano.


Nos levantamos a las 5.30, comenzamos a caminar a las 6.30 y llegamos al albergue Jakua, a 500 metros de Puente la Reina a las 16.30. Casi diez horas de una etapa, que por diversos motivos (cansancio, lesiones musculares y calor) se nos terminó atragantando. El Alto del Perdón marca toda la jornada, un ascenso exigente como pocos.



Una etapa claramente dividida en dos, el ascenso hasta el Alto del Perdón, y luego el fatigoso y pedregoso descenso a Valdizarbe, hasta concluir el día en Puente la Reina. Dejamos atrás el frescor del Pirineo y sus bosques, y nos internamos en los campos de labor que se aproximan con parsimonia, como nuestros pasos, al fértil Valle del Ebro. Las huertas van apareciendo a estas alturas del Camino, con productos como pimientos del piquillo, alcachofas, espárragos o alubias.



Cizur Menor, sede de los caballeros hospitalarios, las ruinas de Guendulain, la agradable Zariquiegui, el Alto del Perdón, la solitaria Uterga, Muruzábal, auténtico oasis en nuestra personal etapa, Obanos, la Villa de los Infanzones y el apoteósico final en Puente la Reina, de alma auténticamente jacobea.





En el Camino las preocupaciones cotidianas – casa, trabajo y familia – desaparezca, la única preocupación cierta es avanzar en las mejores condiciones posibles.


Caminando caminando, vamos dejando atrás la Cuenca de Pamplona y dirigimos nuestra brújula hacia la Tierra de Estella, y un poco más allá, los viñedos de La Rioja.







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