Dicen que el Camino de Santiago es como el Juego de la Oca, que algunos interpretan en clave esotérica e iniciática. Sea cierto o simplemente la ensoñación de las mentes más dadas a la fantasía, los puentes forman parte indisoluble del paisaje humanizado desde la Antigüedad. Y caminando hacia Santiago, hoy como ayer, son muchos los puentes que hemos de cruzar.
El Puente de la Magdalena – Magdalena zubia – es el más importante de los cuatro puentes medievales que cruzan el río Arga a su paso por Pamplona. Tres grandes arcos ligeramente apuntados sustentan la estructura, levantada en el siglo XII y reformado en el XIX. Se relaciona con el cercano Puente la Reina.
Un crucero, dicen que del siglo XVI, situado en uno de los extremos indica a los peregrinos y viajeros la entrada del Camino de Santiago en la ciudad. Podemos contemplar la imagen del Apóstol encima del pilar. Una vez salvado el puente llegamos a las murallas y a través de la Puerta de Francia accedemos al viejo burgo de la navarrería.
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