ARNALDO DE BARBAZÁN.

 

Obispo de la Diócesis de Pamplona desde 1319 hasta 1355. Fue el papa Juan XXII quién le encomendó hacerse cargo de la sede pamplonesa. Intervino de forma decisiva en la entronización de la Casa de Evreux. Con todas las puertas cerradas en la Península Ibérica, por las poderosas coronas de Aragón y de Castilla, Navarra estrechó lazos con Francia. Precisamente, Arnaldo de Barbazán, en realidad Arnald, preocedía del otro lado de los Montes Pirineos. El obispo se mantuvo en el sillón catedralicio más de tres décadas convirtiéndose en una pieza fundamental en las relaciones con las monarquías navarra y francesa. En una de las capillas que se abren al claustro de la Catedral de Pamplona se encuentra su sepulcro, cubierto por la efigie yacente, que porta la Mitra y el Báculo, dos de los símbolos del episcopado.