sábado, 19 de diciembre de 2020

SEUSERENRE JYAN.

 


Uno de los faraones hicsos del que más objetos con su cartucho existen es este Jyan de la dinastía XV. Su nombre aparece en vasos hallados en Creta, lo que demuestra la importancia de las relaciones comerciales y los contactos fluidos con el mundo minoico. Edificó en el Alto y Bajo Egipto, como símbolo de su dominio de las Dos Tierras. Su poder no pudo alcanzar Nubia. Algunos egiptólogos opinan que el reinado de Jyan marca el apogeo del poder hicso.

Sin embargo, el ascenso al trono del rey Jyan (c. 1610) trajo consigo una nueva perspectiva, al tiempo que marcó el apogeo del poder hicso. Decidido a que se le reconociera como un soberano egipcio con todas las de la ley, en consonancia con su elevado estatus económico, envió un obsequio diplomático al gobernante minoico de Creta en Cnosos, anunciando así su llegada a la escena mundial. Para el consumo interno, adoptó una titulatura real completa, encabezada por el nombre de Horus «El que abarca las Orillas [del Nilo]», lo cual, como siempre, representaba una declaración de intenciones políticas tanto como una ideología. El objetivo de Jyan era escapar de los límites del territorio hicso para llegar a dominar todo Egipto. Un avance militar a través del Egipto Medio sirvió para someter a los dos tercios más septentrionales del país. Incluso es posible que los ejércitos hicsos lograran conquistar Tebas durante un año o dos antes de regresar a su base en el delta, devastando ciudades y templos en su retirada.

Tobi Wilkinson.

Auge y caída del Antiguo Egipto.


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