domingo, 20 de septiembre de 2020

BIRGIT FISCHER, LA ALEMANA INCOMBUSTIBLE.

 


Durante los convulsos años de la Guerra Fría, los deportistas de ambos lados del Telón de Acero trasladaban al terreno deportivo el enfrentamiento global de ambos sistemas. La República Democrática Alemana nació, se desarrolló y murió a lo largo de este conflicto que marcó la historia del siglo XX, convirtiéndose, además, en una auténtica potencia deportiva, con más de quinientas medallas entre Olimpiadas de Verano y Olimpiadas de Invierno. Entre esos deportistas ocupa un lugar de privilegio la palista Birgit Fischer.


Como muchas deportistas de la RDA, Birgit empezó muy temprano la práctica del remo, trabajó como instructora para el ejército y participó en seis juegos olímpicos (dos representando a la RDA y cuatro con la bandera de la Alemania Unificada). En cada una de esas participaciones se colgó, al menos, una medalla. Su palmarés es sencillamente impresionante 8 oros olímpicos, 4 platas y 27 campeonatos del mundo. Y eso que no acudió a Los Ángeles '84 por el boicot del bloque comunista a los juegos.



La clave del éxito está, como no, en una mentalidad ganadora, su lema era algo así como, mientras siga ganando no veo por qué retirarme, de manera que estuvo compitiendo, y con éxito, hasta los 42 años. Se mantuvo como medallista olímpica durante 24 años, desde 1980 en Moscú, hasta Atenas 2004. Su primera medalla la ganó con 18 años. La última a los 42. Un ejemplo de regularidad y constancia.


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