jueves, 6 de agosto de 2020

EL VISIR MERERUKA.




En plena decadencia de la monarquía egipcia del Imperio Antiguo, el faraón Ótoes, casó a su hija con Mereruka, un poderoso aristócrata y gobernador de Menfis. El objetivo del rey era ganarse el favor de la nobleza durante una etapa complicada. Mereruka, que llegó a acumular hasta 84 títulos, se convirtió en visir y en supervisor de los sacerdotes de la pirámide del faraón.


Ya en la tumba de Mereruka, que se remonta a la época de las pirámides, encontramos al dueño del lugar echado voluptuosamente en el lecho, empuñando un delicado mosquero de piel de zorro, junto a la favorita que le deleita con su música preferida.
Pirámides, esfinges y faraones.
Kurt Lange.


El poder y las riquezas que pudo acumular este visir, se ven reflejadas en la espectacular tumba que se hizo construir en el necrópolis de Saqqara. Una construcción de 40 metros de largo y 24 de ancho, y que comprende 32 estancias. El mausoleo está ornamentado con escenas de la vida de placeres que disfrutó Mereruka. En la falsa puerta se labró la efigie del poderoso señor. Estos relieves policromados están considerados entre los más hermosos del Imperio Antiguo.


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