miércoles, 22 de julio de 2020

GIGANTOPITHECUS.




La evolución no tiene forma lineal, sino más bien reticular, donde cada uno de los nudos que tejen la red, puede relacionarse con varios nudos al mismo tiempo. En ese sentido, el estudio de la evolución de los primates, ser humano incluido, resulta fascinante. A veces jugamos a seleccionar cual de los primates extintos comparte más semejanzas con nosotros. A lo largo de la historia de la vida han ido apareciendo individuos bajo diferentes formas, y de esta manera encontramos al Gigantopithecus blacki, que vivió durante el Mioceno en Asia. Como su propio nombre indica presentaba unas enormes proporciones y algunos investigadores consideran que podría acercarse a los tres metros. El orangután es su pariente vivo más cercano, aunque ambas especies presentan notables diferencias. Los restos de Gigantopithecuus fueron hallados por mera casualidad en una farmacia tradicional china, ubicada en Hong Kong, donde eran vendidos como huesos de dragón, muy apreciados por sus propiedades afrodisíacas.

El rastro fósil de los hominoideos euroasiáticos se pierde hace unos 7 m.a., hasta la aparición de formas ya muy próximas a las especies actuales del orangután y los gibones, con la notable excepción del Gigantopithecus. Una especie de este género (Gigantopithecus blacki) sobrevivió en China y Vietnam hasta hace sólo unos pocos cientos de miles de años, y desde luego convivió con seres humanos.
La Especie Elegiga.

Arsuaga y Martínez.

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