La superestructura de la tumba
de Djoser es el resultado de seis modificaciones en el plano
original, producidas según se fue conociendo todo el potencial del
nuevo material de construcción. Antes de Nebka y Djoser, la piedra
sólo se había utilizado en un limitado número de elementos de las
tumbas de adobe. La estructura final fue una pirámide de seis
escalones con una planta de 140 x 118 metros y una altura de 60
metros. Se alza dentro de un recinto de 545 x 277 metros, cuyos muros
probablemente imiten la fachada del palacio real. El cuerpo del rey
fue depositado en una cámara construida debajo de la pirámide, bajo
el nivel del suelo. Si bien para nosotros la nueva forma
arquitectónica señala el paso a un nuevo período histórico,
también guarda una clara conexión con el pasado. En su diseño
inicial era una mastaba de planta rectangular, es decir, una típica
tumba real del Dinástico Temprano.
Un rasgo notable del recinto
es un gran patio abierto y un complejo de santuarios y otros
edificios, réplicas en piedra de las estructuras que durante la vida
del rey se habrían construido con materiales perecederos para las
fiestas Sed (jubileos reales). Djoser esperaba continuar celebrando
con ellos —durante su otra vida— estos rituales periódicos, en
los que se renovaban su energía, su poder y su capacidad para
gobernar de forma efectiva. En la parte sur del recinto hay un
edificio (la llamada Tumba Sur) que imita las partes subterráneas de
la pirámide. Su función no está clara, pero se puede comparar con
la pirámide satélite de los complejos piramidales posteriores.
La tradición sostiene que el
arquitecto de la pirámide de Djoser e inventor de la construcción
en piedra fue Imhotep (forma griega: Imouthes). Posteriormente sería
deificado y considerado hijo del dios Ptah, así como patrón de
escribas y médicos, identificado con el dios griego Esculapio. Su
existencia histórica quedó confirmada gracias al descubrimiento de
una base de estatua de Djoser que contiene el nombre del arquitecto.
La tumba de Imhotep probablemente estuviera localizada en Sakkara,
quizá en el borde de la meseta desértica al este de la pirámide de
su soberano, pero todavía no ha sido localizada y sigue siendo una
de las más emocionantes perspectivas para los futuros trabajos de
campo en la zona.
El hecho de que Imhotep fuera
gran sacerdote de Heliópolis indica claramente la importancia que
desde antiguo tuvo el dios sol Ra (o Ra-Atum). La residencia real y
el centro administrativo de Egipto estaban situados en una zona cuyo
dios principal era Ptah; pero es probable que a comienzos del Reino
Antiguo la capital religiosa del país fuera Heliópolis (la Iunu
egipcia y la bíblica On), situada al noreste de la capital del Reino
Antiguo, en la orilla oriental del Nilo (en la actualidad un suburbio
de El Cairo). Djoser fue el primer soberano en dedicar allí un
pequeño santuario.
Ya a comienzos del reinado de
Djoser se pueden detectar intentos por conseguir la grandeza
monumental adecuada para una tumba regia; son un reflejo de la idea
predominante en esta época respecto a la posición del rey en la
sociedad egipcia. Esta imagen pudo haberse fortalecido al encontrar
en la arquitectura funeraria el medio ideal de expresión. En el
transcurso de los siguientes dos siglos este punto de vista se llevó
a su extremo, convirtiéndose de este modo en un poderoso catalizador
del desarrollo de la sociedad egipcia.
Jaromik Malek.
Historia del Antiguo Egipto.
Oxford. Edición de Ian Shaw.
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