lunes, 27 de abril de 2020

LA MONARQUÍA CONSTITUCIONAL (1789 – 1792).




Una vez comenzada la revolución, la burguesía moderada intentó llegar a una acuerdo con el rey, al que obligaron jurar la nueva constitución y aceptar la nueva situación. Estos sectores poco radicalizados pretendían contar con el apoyo de los grupos privilegiados para convertir Francia en una monarquía constitucional y parlamentaria. Los franceses, al igual que antes habían hecho los colonos americanos, fundaron un nuevo tipo de sistema político, cuyos pilares eran el respeto a la ley, la igualdad entre todas las personas y la libertad como esencia del individuo.

La Constitución de 1791 sentó las bases de esta monarquía constitucional. El monarca poseía el poder ejecutivo, pero quedaba sometido al poder legislativo de la Asamblea Nacional. Pero Luis XVI nunca aceptó su papel de rey constitucional.

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