domingo, 29 de marzo de 2020

FRANÇOIS PIENAAR, EL PODER DEL DEPORTE.



El jugador de rugby sudafricano Francois Pienaar es un símbolo más allá del deporte, un mito viviente y protagonista de uno de los grandes momentos vividos en la última década del siglo XX. Pienaar y sus compañeros de selección consiguieron demostrar al mundo las enormes posibilidades que ofrece el deporte como vertebrador de cambios sociales.


1995 fue clave para la República de Sudáfrica, un estado que había sufrido varias décadas de apartheid interior y aislamiento internacional, ese año el país se abre al mundo celebrando un evento de gran trascendencia, la Copa del Mundo de Rugby. Nelson Mandela, presidente de Sudáfrica desde el año anterior, configuró el nuevo estado sudafricano y su apertura al mundo, mientras François Pienaar capitaneó a los Springboks a la conquista del título.


Pienaar erar hijo de una familia de clase trabajadora y con esfuerzo, tesón, y las necesarias dosis de inteligencia cosechó éxitos académicos y deportivos: estudio derecho y debutó con la selección de rugby de su país. Fue capitán de los Springboks, incluido en el Quince Ideal de la Copa del Mundo y elegido jugador del año por la revista Rugby World. En aquella memorable Copa del Mundo el combinado sudafricano derrotó a las grandes potencias mundiales; Australia (27 - 18) en primera fase, Samoa (42 – 14) en cuartos de final, a Francia (19 – 15) en las semifinales y los temibles All Blacks de Nueva Zelanda en la final (15 – 12).


Pienaar fue un personaje clave dentro del terreno de juego, pero también fuera de él, manteniendo una estrecha relación de colaboración con el presidente Mandela. Madiba, uno de los nombres con los que era conocido el presidente, utilizó el deporte – rugby (el favorito de la clase dominante) y fútbol (preferido por las clases populares) – como vehículo para unir un país dividido entre negros y blancos, en el terreno de juego todos eran seres humanos. Clint Eastwood, Morgan Freeman y Matt Damon nos hicieron revivir esta historia en el año 2009 en la película Invictus. Los éxitos deportivos continuaron y el año siguiente Sudáfrica organizó la Copa Africana de Naciones de fútbol y nuevamente levantó el trofeo, pero esa es otra historia.




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